El cuadro manchego ha resurgido de sus cenizas con cuatro victorias consecutivas
El Albacete Balompié es actualmente el decimoquinto clasificado de LaLiga Hypermotion con 45 puntos, cuatro por encima de la zona de descenso. Hace tan sólo un mes, los de Alberto González eran penúltimos con 33 puntos (los mismos que el colista, el Villarreal B) y estaban a cuatro de la permanencia. El técnico malagueño llevaba dos partidos como entrenador albacetista y todavía no había ganado. El hecho de ver la permanencia a más de una victoria agobiaba al Alba.
Cuatro jornadas después, la situación es completamente distinta. El panorama es idóneo e, incluso, inesperado. El equipo ha conseguido ganar sus últimos cuatro partidos (Tenerife y Eibar en casa, Eldense y Andorra a domicilio) y ha reflotado tanto en puntos como en posiciones.
La angustia ha pasado a ser alivio y los ánimos están por las nubes. Alberto González vino diciendo que iba a intentar dar con la tecla para salvar al equipo y vaya si lo ha hecho. Ha dado con la tecla de lleno y ha conseguido devolverle la sonrisa tanto a sus jugadores como a los aficionados.
Las teclas con las que ha dado Alberto González
Alberto González dijo en su rueda de prensa de presentación como técnico albacetista que este equipo hacía muchas cosas bien pero que lo que más requería mejoras era la parcela defensiva. Era cierto, el equipo se desangraba defensivamente con Rubén Albés y así lo confirmaban los números: el Albacete era el equipo más goleado de la categoría. Al principio costó, pues en los dos primeros encuentros del de Torrox al frente del banquillo el equipo encajó tres goles (uno ante el Huesca y dos ante el Espanyol), en gran medida evitables.
Sin embargo, a partir de su tercer partido (ante el Tenerife) se comenzó a notar su trabajo defensivo. Desde entonces, el equipo se ha vuelto reconocible por un 4-4-2 que le permite tener las líneas juntas y a los jugadores replegados. Con Rubén Albés se llevaba a cabo una presión alta y constante, además de una defensa de hombre a hombre.
De esta manera, el Albacete sufría cuando el rival encontraba los espacios y tocaba correr hacia atrás. Ahora, con Alberto González, la defensa es en bloque, no individual. Así es cómo se ganó ayer en Andorra o hace dos semanas en Elda. Con esta forma de defender, el Albacete ha encajado sólo un gol en estos últimos cuatro partidos.
Además, se ha corregido también el problema que tenía el Albacete con los centros laterales. El equipo los defendía fatal y cualquier centro a la olla era un completo quebradero de cabeza para los manchegos. Por ejemplo, ayer en el Estadi Nacional se demostró que eso ya no es así. El Andorra trató de someter al Alba desde los centros laterales y los zagueros (tanto Kaiky y Glauder como los laterales) fueron capaces de evitar los remates de jugadores altos como Karrikaburu o Scheidler.
Otra de las teclas que ha tocado Alberto González es la de mantener a toda la plantilla enchufada. En estos cuatro partidos, todos los jugadores de la plantilla (a excepción de Pedro Benito, el lesionado Djetei y los porteros suplentes) han tenido minutos. El técnico malagueño les ha hecho ver a todos que son importantes y que sus actuaciones son claves a la hora del devenir del equipo, ya sea desde el banquillo o desde la titularidad.
No le tiembla el pulso a la hora de poner y sentar futbolistas porque, a pesar de arriesgar, confía en ellos. De esta manera ha sido cómo ha recuperado para la causa a jugadores defenestrados por Rubén Albés, como Juan Antonio Ros o Antonio Pacheco; u otros criticados por la afición, como Juanma García o también el propio Ros.
La permanencia, a tiro pero no asegurada
Ayer, el Albacete Balompié dio un paso de gigante hacia la salvación tras vencer 0-1 al Andorra FC. No sólo porque ha asestado un golpe definitivo al conjunto tricolor de cara a su permanencia, sino porque, excepto el FC Cartagena, todos sus rivales de abajo perdieron. Gracias a ello, el Alba tiene 45 puntos y ha superado en la clasificación a Mirandés, Eldense y Huesca. Sobre el papel, entre tres y cinco puntos más podrían bastar para asegurar la salvación. Sin embargo, hasta que no sea matemático, los de Alberto González no han de bajar la guardia. En sus manos está.
Estudiante de Periodismo en la Universitat de València.