Un 1 de febrero de 2014 se nos iba el mayor ídolo de la historia del Atlético de Madrid
El tiempo pasa volando y no espera a nadie. Hoy se cumplen ya 10 años de que se nos fue Luis Aragonés a los 75 años tras pasar una dura y larga enfermedad. El de Hortaleza se convirtió en un mito del Atlético de Madrid y del fútbol español en general. Su pérdida fue muy dura y 10 años después todavía sigue abierta esa herida en muchos corazones rojiblancos.
Infancia e inicios
Luis nació un 28 de julio de 1938, en plena guerra civil, en el municipio extinto de Hortaleza, en Madrid, en el seno de una familia humilde. Obviamente, como todos los niños de su generación, no tuvo una infancia fácil, pero dentro de lo malo la familia de Luis no salió tan desfavorecida, ya que su padre Hipólito, llegó a ser alcalde de Hortaleza. En un documental los hijos de Luis, según les han contado, aseguran que en aquellos años en casa de la familia de Luis, podía llegar a haber 20 desfavorecidos comiendo. Además, cuando la familia conseguía algún alimento de valor, no dudaba en repartirlo.
Estudió en el colegio El Recuerdo de Madrid, un colegio jesuita. En ese colegio destacaban los grandes campos de fútbol. Allí Luis comenzó a dar las primeras patadas al balón. Su buen rendimiento y la ayuda del Señor Ángel, amigo de la familia, consigue fichar por la cantera del Getafe, que curiosamente esta en la otra punta de Madrid. Allí gana su primer dinero. Pronto se da cuenta que será más fácil llevar dinero a casa a través del fútbol que de otra manera y decide apostarlo todo al fútbol. En este momento su padre ya había fallecido.
Casualidades del destino en 1958, su buen rendimiento le iba a llevar a fichar por el Plus Ultra, equipo que actuaba como filial del Real Madrid. Aún así, en el Madrid no se le dan oportunidades y encadena cesión tras cesión. Pasó por Recreativo, Hércules y Oviedo antes de ser traspasado finalmente al Betis. Gran importancia en su vida tuvo la cesión al Recreativo, ya que en Huelva conoció a María, la que terminaría siendo su esposa. En 1961, llegó al Betis libre. En su primera visita al Bernabéu como jugador del Betis, Luis realiza un partidazo que produce el enfado de Santiago Bernabéu en el palco, incrédulo de que hubieran dejado marchar al jugador.
Ídolo rojiblanco
Ese día se consolidó en la élite del fútbol e hizo que los grandes llamaran a su puerta. Tras tres temporadas en Sevilla, la llamada le llegó de parte del Atlético de Madrid. Aquí se convirtió en leyenda del club. Fue el estandarte del que posiblemente sea el mejor Atlético de Madrid de la historia. Compartió equipo con los Gárate, Adelardo, Ufarte, Reina, Pereira, etc. Ganó tres ligas y 2 Copas del Generalísimo, actual Copa del Rey. Consiguió un trofeo pichichi en 1970( actualmente es el único centrocampista en ganarlo.) Era un jugador totalmente moderno, ayudaba al equipo a iniciar jugadas y luego iba subiendo hasta meterse en el área a rematar.
En su etapa de colchonero se convirtió en el máximo goleador de la historia del club, con 173 tantos. Recientemente Griezmann le superó en goles. También fue el jugador con más goles en partidos europeos, teniendo el mismo número de goles que de partidos. Esta estadística también la superó el francés hace un tiempo. El record que nadie de momento le ha arrebatado y parece lejano que suceda es el de centrocampista con más goles en la historia de La Liga EA Sports. Dos goles suyos tuvieron especialmente importancia. El 1 de octubre de 1966, Luis firmó con un testarazo el primer gol de la historia del Vicente Calderón ante el Valencia CF. El partido terminó empate a 1.
El otro fue el que estuvo a punto de dar la Copa de Europa a su equipo ante el Bayern de Múnich en el 1974. En el 1minuto 114, Luis lanzó una falta desde la frontal que superó la barrera y se coló por la escuadra ante la estatua de Maier, portero bávaro. Los rojiblancos parecían tener el título en la mano cuando un disparo muy lejano del alemán, Schwarzenbeck, sorprendió al portero Miguel Reina para forzar el partido de desempate. En este partido se vio a un conjunto colchonero hundido y a un Bayern motivado que terminó ganando por 4-0.
Ahora tengo que llamarte míster
Luis Aragonés durante ese tiempo se había estado sacando el carnet de entrenador. En noviembre de 1974, Juan Carlos Lorenzo, entrenador que llevó al equipo a la final de Bruselas, es cesado. Luis presenta su retirada y se ofrece como entrenador del equipo. De esta manera, acaba de forma brusca con una exitosa carrera como jugador para comenzar a conseguir éxitos como entrenador. Al día siguiente se comenta que en el entrenamiento, los Adelardo, Reina, que habían sido compañeros suyos durante muchos años, le preguntaron al incipiente entrenador si le tenían que llamar míster en tono de broma por como se había presentado llamándoles de usted a todos cuando nunca se lo había llamado.
Luis no tardó en levantar un título con el club colchonero, ya que a pesar de no haber conseguido ganar al final la Copa de Europa, el Bayern se negó a viajar a Avellaneda para medirse a Independiente y la vacante del Bayern para disputar la extinta Copa Intercontinental, la ocupó el subcampeón de Europa. Tras perder 1-0 ante el Rojo en Argentina, los goles de Irureta y Ayala remontaron la eliminatoria e hicieron al Atlético de Madrid campeón del mundo. Esa temporada volvería a ser campeón, en este caso de la Copa del Rey. En la temporada 1976-77 consiguió volver a ganar La Liga. Además, consiguió ganarla con una jornada de antelación (única vez que el Atlético de Madrid lo ha conseguido) y en el campo del eterno rival. El partido quedó 1-1.
A partir de ese momento la presión a Luis le iba a pasar factura e iba a empezar a contraer una depresión que le llevaría a dimitir como entrenador del Atlético de Madrid en 1980. En 1981 iba a intentar volver, esta vez en el Betis, pero no iba a durar ni 2 meses.
Regreso con fuerza al Atlético de Madrid
En 1982, ya superada la depresión, regresa de nuevo al Atlético de Madrid. Estuvo 4 temporadas que aunque no ganó muchos títulos consiguió realizar buenas campañas. Luchó por la liga en las tres primeras temporadas. En 1985, consiguió ganar al Athletic Club la final de Copa del Rey por 2-1. A la siguiente temporada, se marchó tras bajar el nivel en liga y perder de manera muy dolorosa ante el Dinamo de Kiev la final de la Recopa de Europa. Aún así regresaría el año siguiente al equipo en mitad de temporada para mejorar al equipo hasta final de temporada. Esa temporada pudo volver a ganar una Copa del Rey, pero la perdió contra la Real Sociedad en la lotería de los penaltis tras empatar a 2 en el partido.
Campeón en Barcelona
Después, Luis decidió irse al FC Barcelona en septiembre tras la salida de Terry Venables, recientemente fallecido. Ideó un grandísimo equipo que consiguió ganar una Copa del Rey ese mismo año. Este título fue todo un éxito para los culés, ya que ni de lejos los blaugranas eran tan ganadores como lo es hoy en día. Al final de temporada, Luis se cabo su propia tumba al ponerse del lado de los jugadores en el motín del Hotel Hesperia, en el que los jugadores exigían la dimisión del presidente de aquel entonces, Josep Lluís Nuñez. Luis se terminó yendo como un héroe al que toda la afición blaugrana le aplaudió en su salida. A la temporada siguiente llegó Cruyff al Barça y lo que vino con el holandés es historia del conjunto culé, pero seguro que el trabajo de el de Hortaleza ayudó al holandés a asentar su exitosa etapa.
Otra vez campeón como colchonero
Tras pasar una mala temporada en el Espanyol en la que terminó luchando por el descenso, Luis regresa en 1991 al Atlético de Madrid. Este año Luis estaba siendo muy criticado a mitad de temporada. En su peor momento visitó El Plantío y protagonizó una imagen para la historia dirigiendo el calentamiento en pantalones de campana. Este gesto se dice que lo hizo para liberarse ante la presión. Ese partido acabó empate a 1. Aún así, en el gol que anota Paulo Futre va a darle un abrazo en el que se mostraba que tenía el apoyo del vestuario.
Después de este partido, el Atlético de Madrid relanzó el vuelo y llegó a la final de Copa del Rey en el Bernabéu frente al Real Madrid. Antes de salir al campo, Luis pronuncia un discurso histórico con el que los jugadores rojiblancos salieron motivadísimos al campo y se comieron al Madrid. Los goles de Schuster, de falta, y Futre, de un zurdazo desde la esquina del área que se coló por la escuadra izquierda de la portería defendida por Paco Buyo, dieron la 8º Copa del Rey a los colchoneros en un partido que es historia del Atlético de Madrid. Se mantuvo otra temporada, pero por discrepancias con Jesús Gil se terminó marchando.
Travesía por varios equipos
En la 1993-94, Luis migró al sur para regresar a Sevilla, pero para entrenar al Sevilla esta vez. y realizó dos grandes temporadas en el conjunto hispalense. En la primera temporada coincidió con Simeone en el Sevilla. Al año siguiente, en verano Simeone es tentado por el Atlético de Madrid y le pregunta a Luis sobre que hacer. La respuesta de Luis fue «que estás esperando para irte allí».
En la temporada 1995.96 firmó por el Valencia CF en una época bastante dura en la capital del Turia. Ese año, estuvo a punto de poder ganar la liga, pero se la terminó por quitar el propio Atlético de Madrid. A la temporada siguiente, el presidente del Valencia, Paco Roig, fichó a Romario. Luis Aragonés no se encontró contento con el brasileño y le apartó del equipo. Por la presión del presidente, dimitiría en noviembre. Aún así estas serían las bases del mejor Valencia de la historia que vendría en los siguientes años.
En la temporada 1997-98, entrenaría al Betis, quedando octavo y dos temporadas más tarde dirigiría al Oviedo, consiguiendo la salvación a final de temporada. Como curiosidad, en la etapa en el Oviedo fue el verdugo definitivo del Atlético de Madrid en su descenso a segunda esa temporada.
En la temporada siguiente, la 2000-01, realizó uno de sus mayores éxitos en su carrera. Zapatones consiguió con el Mallorca una muy histórica 3º plaza.
El gesto más colchonero
Después del temporadón del Mallorca el año anterior, Luis tenía la opción de quedarse en el Mallorca otro año más, en el que iban a disputar Champions, irse al Valencia, que le duplicaba al sueldo respecto a lo que ganaba. En cambio, Luis decidió bajar a segunda división para entrenar otra vez más al conjunto colchonero. El que el club se hallará en la categoría de plata y en la absoluta ruina económica, no fue un problema para que Luis volviera a su casa. Según palabras de Paulo Futre, director deportivo en ese momento, la negociación no duró ni cinco minutos, siendo así la negociación más fácil de su carrera. Esta decisión incomprensible para cualquier ser humano, terminó de asentarle como mayor mito colchonero. Ese año consiguió el ascenso de manera bastante holgada y devolvió tras dos años al Atleti donde se merecía estar. Además, fue crucial para el desarrollo de un por el entonces muy joven Fernando Torres. Se quedó en el cargo en el primer año en primera, en el que salvó sin apuros al equipo, antes de regresar al Mallorca.
Broche de oro a la carrera
Tras un temporada en Mallorca, le llegó la llamada de la selección. Después de la Eurocopa de Portugal, se hizo cargo de la selección. Su comienzo en La Roja fue ilusionante, pero poco a poco se fue encontrando críticos que terminaron creando una campaña vergonzosa en su contra. Tras caer en octavos ante Francia el Mundial de Alemania de 2006 tras una buena fase de grupos, Luis decide que es hora de hacer cambios y se carga de la selección a varios jugadores. El más sonado fue Raúl. La decisión de no llevar a Raúl a la selección casi le cuesta el puesto. Aun así tuvo que aguantar una fortísima presión nunca antes vista. La campaña en contra de Luis llegó a pasar limites que nunca hay que pasar. El Sabio hizo un amago de dimisión, pero finalmente se quedó. Al mismo tiempo estaba empezando a cocinar y explotar una camada de jóvenes que terminarían dando éxitos a la selección y a sus clubes. En esta camada se encontraban jugadores como Xavi, Iniesta, Ramos, Torres, Villa, Casillas, Puyol, Silva, Cesc, etc. En muchas entrevistas y documentales los jugadores que componían esa selección han comentado que tenían la impresión de que solo el vestuario en toda España estaba con Luis, pero eso sí estaba con Luis a muerte.
El trabajo comenzó a dar sus frutos y la selección dio una master-class en Dinamarca en 2007, partido del clasificatorio para la Eurocopa 2008. Ese partido se resolvió por 1-3. España se clasificó a la Eurocopa. Aún así, Ángel María Villar, presidente de la Federación en ese entonces, decidió prescindir de sus servicios cuando terminará el europeo.
España llegó a Viena para disputar la Eurocopa sin que prácticamente nadie pudiera creerse lo que iba a pasar. Pasó la fase de grupos ganando los tres partidos. El primero 4-1 contra Rusia, el segundo 2-1 ante Suecia, de manera agónica y el tercero 2-1 ante Grecia, tras remontar. En cuartos de final se encontraría contra la campeona del mundo que era una de sus bestias negras. Además, España tenía la maldición de los cuartos. El partido se fue a penaltis y las paradas de Casillas a los tiros de De Rossi y Di Natale, hicieron que el penalti anotado por Cesc diera el paso a semifinales a la Roja. En semifinales España se paseó en el segundo tiempo ante Rusia y terminó ganando 3-0.
En la final se mediría a Alemania. Luis antes del partido les motivó con la siguiente frase: «Hacemos fiesta si les ganamos y como somos mejores les vamos a ganar». España entró dubitativa al partido, pero pronto se empezaría a sentirse cómoda. Sobre el minuto 30, un pase en largo de Xavi en busca de Torres, fue picado por el Niño por encima de Lehmann para meter el primer y definitivo gol de la final. España se proclamaba 44 años después campeona de Europa gracias a Luis Aragonés.
En el avión de vuelta a Madrid, Villar pasó un muy mal rato, viendo como los jugadores no para de ovacionar a Luis y pedir que se quedará. Villar había intentado convencerle de que se quedará, pero Luis obviamente le dijo que no. Al final del viaje, Luis se dirigió a sus jugadores dándoles las gracias por el apoyo recibido y decir que el no podía seguir por las circunstancias que se habían dado, pero que ellos siguieran por ese camino. Terminó diciendo: «habéis ganado la Eurocopa, pero podéis ganar el mundial». En la celebración en Madrid, Luis estaba en todo su derecho de sacar pecho y sacar las facturas pendientes, pero decidió apartarse y dar el mérito a los jugadores.
Posteriormente, Vicente del Bosque se haría cargo de la selección y el final del cuento es conocido por todos, pero no cabe duda de que la gestión del salmantino no hubiera sido en ningún caso tan exitosa si no es por la gestión anterior de Luis Aragonés.
Muerte en silencio
Después de la Eurocopa estuvo un año entrenando al Fenerbahce, antes de retirarse de la vida pública. En 2013, fue diagnosticado con leucemia. El de Hortaleza luchó durante meses hasta que su cuerpo no aguantó más el 1 de febrero de 2014. Esta noticia pilló de imprevisto a toda España, jugadores incluidos, ya que solo sabían la gravedad del míster su círculo más cercano.
Ese fin de semana se guardó un respetuosísimo minuto de silencio en todos los campos de España. Claramente el más especial fue el del Atlético de Madrid, que brindó un homenaje y respeto pocas veces antes visto. El Atlético de Madrid le pudo regalar un 4-0 en el partido del homenaje y la liga esa temporada. Se volvió a quedar a punto de poder dedicarle la Copa de Europa.
Huellas del Sabio
Luis Aragonés ha dejado una huella imborrable en prácticamente todos los equipos y jugadores que ha entrenado. Los jugadores en los que más huella ha dejado son Torres, al que prácticamente sacó y formó hasta hacerle el jugador que ha llegado a ser. El de Fuenlabrada en alguna ocasión ha dicho que Luis era como su abuelo. Eto’o, al que según sus propias palabras hizo jugador en el Mallorca y el que también considera a Zapatones su abuelo. Y por último quizá en el que más huella dejó que fue Xavi Hernández, que le impactó la manera en la que se preocupaba por él y le daba la confianza para terminar siendo quien ha terminado siendo. En palabras textuales de Xavi, Luis Aragonés es la persona más influyente en su carrera.
Pero, sin ningún lugar a dudas, el lugar donde más huella a dejado ha sido en la afición colchonera, que aún hoy le recuerda. De hecho, la filosofía del Atlético de Madrid se basa en la del Sabio de Hortaleza. El cariño y recuerdo de la afición rojiblanca hacia Luis es tal que en 2021, se inauguró una estatua en el Metropolitano de Luis Aragonés pagado, financiada de manera completa por los aficionados.
Estudiante 1º periodismo Uva. Redactor de Agente Libre. Seguidor del Atlético de Madrid y del Burgos CF.