Hace casi 10 años, el Atlético de Madrid estuvo a punto coronarse campeón de su décima liga frente a su afición, pero el destino tenía preparado otro final
La temporada 13/14 del Atlético de Madrid fue recordada por muchas cosas. Unos tendrán más en mente el cabezazo de Godín que dio el título de Liga en el Camp Nou, otros lo sucedido en Lisboa con el Real Madrid, la goleada ante el Getafe, las eliminatorias de Champions… Pero hay un partido en especial del que se suele hablar muy poco, y ese es el enfrentamiento entre el Atlético de Madrid y el Málaga de la penúltima jornada liguera.
Para ponernos en contexto, el equipo de Simeone llegaba al choque con todo a su favor. Dependían de sí mismos para cantar el alirón ante un Málaga que no se jugaba nada en esas fechas. El entrenador argentino decidió alinear un once casi de gala con Courtois bajo palos; el protagonista Alderweireld junto a Miranda, Filipe y Juanfran en defensa; Tiago, Gabi, Koke y Arda Turan en el centro del campo; y arriba Raúl García y David Villa. El Vicente Calderón también se puso su mejor traje, pues miles de banderas rojiblancas ondeaban el cielo de Madrid con el deseo de ver a su equipo levantando el título liguero.
Teixera Vitienes y el larguero, protagonistas
El encuentro empezó caldeado con el árbitro, Teixeira Vitienes, quien no vio una mano clara de Eliseu en la primera jugada de peligro. Koke centró, Tiago remató, y el balón impactó en los brazos del jugador malaguista, pero el colegiado no señaló la pena máxima. No obstante, el Atlético no bajó los brazos y generó la jugada más clara de la primera mitad. Raúl García peinó un balón el semicírculo del área que dejó solo a David Villa frente a Caballero, pero el esférico terminaría golpeando en el larguero.
Arda Turan, por su parte, intentó provocar un penalti minutos después, aunque lo único que consiguió fue una amonestación del árbitro por tirarse. El partido comenzaba a complicarse para el Atleti, que no conseguía tumbar la muralla blanquiazul. Lo intentaron por la banda de Juanfran, quien puso un balón a Koke que remató muy desviado, y otro a la cabeza de Raúl García, el cual tampoco se dirigió a portería. El pitido del colegiado marcaba el camino de vestuarios con el empate a cero, pero en la grada permanecía la ilusión.
Alderweireld, la cara y la cruz del Atlético
Una vez en la segunda mitad, «la pesadilla Willy Caballero» llegó. El guardameta argentino fue uno de los motivos principales por los que el Atleti no saliera vencedor aquella tarde. Detuvo un balón escorado de David Villa que se marchó a córner y más tarde volvería a desesperar a la familia atlética. Antes de ello, Santa Cruz estuvo cerca de dar el primer susto de la tarde, pero Courtois se hizo grande y evitó el tanto. No obstante, el belga no pudo solucionar el error de su compatriota, Alderweireld, que falló en un control de pelota que dejó a Samu solo ante Courtois, al quien le hizo un bonito «sombrero» para definir a placer.
Las caras de tristeza empezaban a verse sobre las gradas. El equipo veía como se le marchaba la oportunidad de ver a su equipo campeón en directo. El Atlético intentó remontar el encuentro con un chut de Diego Ribas que, de nuevo, fue despejado por Caballero, al igual que la jugada ensayada entre Gabi y Villa que dejó al «Guaje» frente al argentino. Por suerte para los de Simeone, en la siguiente jugada llegaría la redención de Alderweireld con un gran cabezazo que puso el empate a uno en el marcador.
Pero al Atleti le quedarían dos jugadas doloras más. La primera, el libre directo del «Pato» Sosa que rozaría la escuadra de la portería rival, y la segunda posiblemente de la que más se acuerda el aficionado, el chut escorado de Adrián López que, con rosca incluido, terminaría despejando Caballero a mano cambiada. Un chut que definiría lo que fue aquel partido para el Atlético de Madrid: un quiero y ni puedo.
Retrasar lo que fue inevitable
Terminaría así un partido que retrasó el campeonato del Atleti una jornada más, donde se terminarían enfrentando en el Camp Nou frente al FC Barcelona, el perseguidor que también luchaba por el título. Quien ganara aquel partido, se llevaría el trofeo, y, por suerte para el equipo rojiblanco, todos sabemos cómo terminó.
Nacho Martínez Torrero (10/09/2002) es un estudiante de Comunicación Audiovisual en la Universidad de Granada. Fue redactor en páginas web como Diario UF, Granada CF Web o AtléticoSport, y actualmente informa y opina sobre el Atlético de Madrid en La Vida en Rojiblanco, Esto es Atleti y Agente Libre.