La sesión estuvo marcada por condiciones complicadas, con un asfalto que ofrecía muy poco agarre y temperaturas frías. A pesar de estos desafíos, el siete veces campeón del mundo, Lewis Hamilton, se destacó al liderar con un desempeño sólido y consistente
El gran circo de la Fórmula 1 llega a su recta final. Las Vegas se convierte en el último escenario de la gira americana antes de que el campeonato cruce el Atlántico para afrontar los desafíos en Oriente Medio. Con cada carrera, el campeonato se vuelve más intenso, aunque parece decidido: a Lando Norris le faltarían más carreras para mantenerse en la lucha.
Primeras sensaciones
El semáforo cambió a verde, marcando el inicio de la sesión, pero ningún monoplaza se aventuró de inmediato a salir a la pista. La razón principal era el intenso frío, con una temperatura en el asfalto que apenas alcanzaba los 13 grados.
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Tras varios minutos de inactividad, los monoplazas comenzaron a incorporarse a la pista tímidamente. Sin embargo, el proceso de calentar los neumáticos resultó ser un desafío considerable. El trazado urbano, con su asfalto menos abrasivo y sus rectas, complicó aún más el agarre inicial, lo que obligó a los pilotos a dar varias vueltas adicionales para conseguir que las gomas alcanzaran la temperatura óptima.
Entre las complicaciones del día, algunos pilotos expresaron su malestar por las condiciones climatológicas. George Russell y Checo Pérez, en particular, se quejaron de que el aire frío se filtraba de manera excesiva dentro de sus cascos, haciendo que la concentración y comodidad en el cockpit se vieran afectadas.
Pista sin agarre
Como es habitual en los circuitos urbanos, los pilotos enfrentaron un asfalto notoriamente resbaladizo, una situación agravada por las bajas temperaturas que reducían aún más el nivel de adherencia. A pesar de estas condiciones desafiantes, los Mercedes lograron destacar al colocarse en las dos primeras posiciones de la tabla.
Por otro lado, Max Verstappen protagonizó un momento de tensión al salirse brevemente de la pista. Afortunadamente, logró regresar sin mayores contratiempos, aunque no pudo evitar un leve bloqueo en los neumáticos que podría afectar su rendimiento en las vueltas siguientes.
Mientras tanto, los Ferrari dieron muestras de un excelente ritmo, marcando tiempos competitivos que los colocaron directamente en la lucha por las posiciones de privilegio. Su desempeño dejó claro que la batalla en la parte alta estaría reñida, con múltiples equipos demostrando su potencial en condiciones adversas.
Baile de blandos
Carlos Sainz logró colocarse en la segunda posición con un tiempo impresionante, quedando apenas a 90 milésimas de George Russell. Sin embargo, la sorpresa llegó cuando Lando Norris marcó un giro aún más rápido, arrebatando el primer puesto y demostrando que este Gran Premio promete ser emocionante e impredecible.
En contraste, los Red Bull protagonizaron la nota baja de la jornada, con ambos monoplazas relegados a las últimas posiciones de la tabla. El equipo enfrentó una serie de problemas que dejaron en evidencia sus dificultades para adaptarse a las exigentes condiciones del circuito.
La sesión también tuvo un momento de interrupción debido a una bandera roja a 20 minutos del final. Alexander Albon fue el responsable del incidente, ya que tuvo que detener su coche al salir de boxes por un problema mecánico. Afortunadamente, la situación no derivó en un accidente, y la bandera roja fue breve, permitiendo que la actividad en pista se reanudara rápidamente.
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El mejor tiempo se lo llevó Lewis Hamilton con un 1:33.835 seguido por Lando Norris a 0.011 segundos y en tercera posición el otro Mercedes, George Russell.
Estudiante de periodismo amante del mundo del motor.
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