La revolución de la NBA, del olvido a cambiarlo todo

La mejor liga de baloncesto del mundo sufrió un día un cambio de la mano del que es considerado para muchos uno de los mejores equipos de la historia. Los Golden State Warriors de Stephen Curry, Klay Thompson y Draymond Green. La historia del cambio hacia los triples y un equipo que consiguió lo imposible.

Los orígenes de esta historia y el «we believe»

Toda historia tiene un comienzo, y esta nos hace remontarnos en el tiempo hasta 2005, antes de la era del «we believe». Famosa etapa en la bahía, aunque no muy conocida entre el público más reciente y casual. Los de Oakland llevaban temporadas quedándose fuera de los playoffs. Liderados por Jason Richardson y Baron Davis, no eran capaces de llegar a la postemporada. Pero las cosas empezarían a cambiar ese mismo verano. En el draft previo a la temporada 2005-2006, los Warriors seleccionarían a Monta Ellis con el «pick» 40. Aunque esa temporada seguirían igual de mal, esa elección acababa de empezar a cambiar el rumbo de la franquicia.

En la temporada 2006-2007 llegaría a los banquillos la leyenda Don Nelson, y el recién nombrado Monta Ellis ganaría el premio al jugador más mejorado. Por consecuente, los Warriors firmaban su primera aparición en los playoffs desde el año 94. Era el momento, llegaban tiempos de postemporada, de playoffs. En frente los Dallas Mavericks del legendario Dirk Nowitzki que venía de ser nombrado MVP. Primeros contra octavos, y para sorpresa de todo el mundo, los Warriors derrotarían a los de Texas en 6 partidos. Estábamos en la era del «we believe».  Tras derrotar a los Mavericks, los de Don Nelson se verían las caras contra Utah. Los cuáles los dejarían sin opciones derrotándolos en tan solo 5 partidos.

Aficionados de Oakland durante la era del «we believe». Fuente: Andrew D. Bernstein

La llegada del mejor jugador de la historia de los Warriors, Stephen Curry

La noche del draft de la siguiente temporada los Warriors darían la sorpresa traspasando a Jason Richardson a los Charlotte Bobcats. Esa misma campaña conseguirían un récord de 48 victorias y 34 derrotas que no serviría para llegar a los playoffs. A partir de ese momento todo iría en picado, ese verano perderían a Baron Davis en la agencia libre y su ahora principal estrella, Monta Ellis, se perdería casi toda la temporada siguiente.

La franquicia daría un giro en las oficinas. Chris Mullin era despedido y Larry Riley se convertiría en el nuevo «general manager» de los Warriors. En el draft del 2009, seleccionarían a Stephen Curry con el «pick» número 7. Los fanáticos se llevaron las manos a la cabeza con esa elección sin saber que estaban a punto de disfrutar del mejor jugador de su historia. El comienzo no sería fácil, y es que en una entrevista Monta Ellis declararía que si ellos querían ganar él no podía jugar al lado de Curry. Pero, para sorpresa de muchos, el base acabaría segundo en la votación de rookie del año, mostrando un increíble potencial.

Con otra temporada más fuera de playoffs los Warriors realizarían el traspaso del interior David Lee. En la siguiente campaña comenzarían los problemas de lesiones en el tobillo de Stephen Curry. Lo que provocó que se empezase a dudar de el. A su vez, la franquicia sería vendida a nuevos dueños por el valor de 450 millones de dólares. La mala racha seguía, y Monta Ellis junto con el joven Curry no eran capaces de llevar al equipo a playoffs.

Curry siendo elegido en el draft. Fuente: Jim McIsaac

El inicio de los «splash brothers»

Otra fecha importante en la franquicia sería el 23 de junio de 2011, fecha exacta en la que seleccionarían al escolta Klay Thompson con el número 11 del draft. Con Curry otra vez lesionado del tobillo y jugando tan solo 26 partidos en la «lockout season». Con otra temporada desastrosa empezarían los primeros cambios rumbo a la élite de la NBA, Monta Ellis era traspasado a los Bucks a cambio de un número 1 del draft, Andrew Bogut. Podía haber sido diferente, y es que fue Curry en un inicio el que fue ofrecido a Milwaukee, pero los problemas en el tobillo torcieron el traspaso. A su vez, el legendario Bob Myers sería el nuevo «GM», lo que todavía no sabía era que iba a convertirse en el mejor en su puesto.

Con la quinta vez seguida fuera de playoffs, los Warriors seleccionarían a Draymond Green para posteriormente formar uno de los mejores «big threes» de la historia del baloncesto. Con la renovación de Curry y con las críticas de muchos periodistas era el momento del base. Había llegado la temporada 2012-2013, la que fue su «breakout season». Él y Klay ya eran apodados los «splash brothers», y los Warriors empezaron a cambiar la liga haciendo que todo el mundo tirase de tres de la mano de esta increíble dupla. Volvieron a los playoffs y Don Stephen ya empezaba a cosechar récords, con 270 triples marcaría el récord de triples anotados por un solo jugador en temporada regular. Llegaron hasta semifinales de conferencia donde fueron derrotados por los San Antonio Spurs de Kawhi Leonard.

Primer campeonato de la dinastía y revolución en la NBA

Ese verano firmarían a Andre Iguodala, otra pieza clave, y Curry sería all-star por primera vez. Derrotados en 7 partidos ante los Clippers de CP3, llegaba la temporada en la que alcanzarían la máxima gloria con Steve Kerr como entrenador. Llegaron más veteranos y se renovó a un Klay Thompson que se convertiría en all-star batiendo varios récords. Los Warriors llegaban a la increíble cifra de 67 victorias provocando que el extraterrestre Stephen Curry fuera nombrado MVP. Draymond no se quedaría atrás y ganaría el premio a defensor del año. Era el año, llegaron a las finales, enfrente el mejor jugador del mundo, LeBron James. Pero, liderados por el MVP los derrotarían en 6 partidos consiguiendo el cuarto título en la historia de la franquicia. Para sorpresa de muchos, Curry no ganaría el MVP de las finales, en su lugar se lo llevó Iguodala por su ardua tarea de defender a LeBron.

Curry e Iguodala tras ganar las finales. Fuente: ESPN

La temporada del 73-9

¿Qué más podía conseguir este equipo si ya habían alcanzado la gloria? Ahora tan solo les quedaba entrar en el olimpo y convertirse en uno de los mejores equipos de la historia de la NBA. Dicho y hecho, los de Steve Kerr empezaron a realizar un baloncesto impecable. Bloqueos, movimiento continuo de balón y triples sin parar. Se habían convertido en imparables. Llegaron al fin de semana de las estrellas con un nuevo récord, 48 victorias y 4 derrotas. El equipo enamoraba, batían récords tanto individuales como colectivos. Pero quedaba el más importante, superar las 72 victorias de los Chicago Bulls de Michael Jordan. Los Warriors no se achicaron y se convirtieron en el mejor equipo en la historia de la temporada regular firmando el legendario 73-9 y anotando 1000 triples esa temporada.

Llegaron los premios y Curry conseguiría su segundo MVP, este vez de manera unánime. Esto no había ocurrido en ninguna ocasión anterior, y el base de los Warriors sería el primero en conseguirlo. Batiría más récords anotando 402 triples en esa misma temporada. Los Warriors y Stephen Curry ya habían cambiado la forma de jugar al baloncesto. El triple era ya imprescindible para todos los equipos.

Tras una temporada alucinante y haber cambiado el baloncesto para siempre llegaba el mejor momento del año en la mejor liga del mundo, los playoffs. Los Warriors pasarían las dos primeras rondas de manera sencilla, pero, en las finales del oeste esperaban Durant y Westbrook. Oklahoma estaba arriba, pero no era suficiente para parar a los guerreros que les ganarían en el séptimo partido. Otra vez enfrente tenían al rey, LeBron James. Tras ir arriba los Warriors 3-1, las actuaciones de LeBron e Irving le darían la vuelta a lo que nadie había hecho en la historia dejando la que para muchos son las mejores finales de la historia. Curry y compañía habían perdido las finales dejando un sabor amargo a una temporada legendaria.

La afición de los Warriors tras conseguir el 73-9. Fuente: Thearon W. Henderson

Llegada de Durant y dos campeonatos consecutivos

Tras una temporada de ensueño truncada por los Cleveland Cavaliers los Warriors seguirían haciendo hazañas. Después de perder unas finales que iban ganando 3 a 1, firmarían en la agencia libre al que para muchos es el mejor anotador de la historia por detrás de Jordan, Kevin Durant. Ahora sí que sí, añadiendo a su pizarra al alero los Warriors se habían convertido en un equipo imparable. La primera temporada con Durant en la rotación los Warriors lograron 67 victorias y tan solo 15 derrotas. Los playoffs fueron un paseo para el equipo entrenado por un Steve Kerr que se empezaba a nombrar entre los mejores entrenadores de la historia. En el oeste no perdieron ningún partido y la única derrota llegó en la final, nuevamente contra LeBron y sus «Cavs». Durant ganaría su primer anillo junto con el MVP de las finales.

La segunda campaña de Durant en la bahía los Warriors perdieron el primer lugar de la conferencia ante unos Houston Rockets emergentes con Harden como MVP. Primera y segunda ronda en playoffs las superaron sin numerosas complicaciones. Fue entonces en las finales del oeste contra los recién nombrados Rockets donde se complicó la cosa. La serie acabó yéndose al séptimo partido en Houston y este encuentro pasaría a la historia porque los locales lanzaron de 3 con un acierto del 15% provocando que perdiesen el partido. Las finales volvían a ser el clásico de los últimos años, Warriors – Cavaliers. Este año ya sin Irving y con LeBron solo, los «dubs» barrerían 4 a 0 consiguiendo el sexto anillo de su historia.

Durant con sus dos campeonatos y mvps de las finales. Fuente: Ezra Shaw

Caída de una dinastía

Con el «back to back» ya conseguido casi sin despeinarse, a todos nos rondaba por la cabeza la misma pregunta ¿Quién iba a parar a estos tipos? Pues la respuesta es que no fue solo un equipo. Corría ya la temporada 2018-2019 y los Warriors firmaban a un Demarcus Cousins que a pesar de llegar con una grave lesión reciente promedió más de 16 puntos. Era último año de contrato de Durant y los egos empezaban a asomarse en un equipo con tanta estrella. Tras una derrota contra los Clippers, «KD» le recriminó una acción a Draymond, lo que acabó en una discusión y un sinfín de rumores.

A pesar de lo anterior, los Warriors volverían a la finales de la NBA, esta vez contra los Raptors del recién incorporado Kawhi. El «we believe» contra el «we the north». Las finales empezarían con los Warriors sin poder contar con Durant. Con los «dubs» contra las cuerdas con 3-1 en el marcador este último volvería. Pero antes del descanso, con «KD» ya de vuelta, este sufriría la peor lesión posible que puede sufrir un deportista, rotura del tendón de Aquiles. Aún así los Warriors forzarían un sexto partido en el que ocurriría otra fatídica noticia. Con Golden State por delante en el marcador al filo del final del partido, Klay Thompson se rompería los ligamentos de su rodilla izquierda. Toronto remontaría en el marcador consiguiendo el primer título de su historia.

Durant lesionado de gravedad, firmaría en la agencia libre con Brooklyn Nets. Klay Thompson encadenaría varias graves lesiones provocando la caída de un equipo de ensueño. Bien es cierto que los Warriors volverían a lo más alto de la NBA unos años después, pero eso ya es otra historia.

Momento en el que Kevin Durant se lesiona. Fuente: Claus Andersen

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