El Athletic consigue la victoria en San Mamés después de un partido muy reñido en el que los checos se merecieron más.
El conjunto de Ernesto Valverde disputaba la tercera jornada de la UEFA Europa League con ganas de situarse en los puestos altos de la tabla. En frente tenía al Slavia de Praga, equipo con mucha personalidad que no se dejó dominar fácilmente. Ambos equipos mostraron las dos caras del deporte, una victoria a base de sufrimiento y una derrota con un sabor amargo.
El Slavia de Praga, sin miedo al ambiente de San Mamés
El partido comenzaba de la peor manera para los «leones». El Slavia de Praga tenía muy claro como quería empezar el partido y se demostró en los primeros compases del encuentro. Un equipo con mucha personalidad y sin dejar que el ambiente le haga sentir algún tipo de presión.
Salieron al terreno de juego sin nervios, con un juego equilibrado, defendiendo lo justo y atacando con todo para encontrar el primer tanto. El Athletic se sentía asfixiado ante el juego de los checos, llegando a precipitarse en acciones que pedían una posesión larga.
La primera ocasión del encuentro llegó gracias a la presión alta de los jugadores checos, que tuvo como consecuencia un disparo directo a la escuadra de Michez pero que detuvo de manera providencial Agirrezabala.
El Athletic se llevaba ya el primer susto, pero los ataques peligrosos no cesaban, el conjunto checo buscaba sin descanso el primer tanto, sin embargo, el Athletic se mantenía firme en defensa.
El rumbo del partido comenzó a cambiar por una decisión arbitral. Corría el minuto 26, y el Slavia tuvo su primer gran error de la noche, una serie de malas decisiones en defensa propiciaron pena máxima a favor del Athletic.
El árbitro de campo lo tuvo muy claro, pero después de unos minutos, el Var avisaría a Morten Krogh para que viera una falta previa de Guruzeta en ataque. Tras verlo en el monitor, cambió de decisión y anuló el penalti.
Tras esta acción, la grada de San Mamés se comenzó a venir arriba, alentó a los jugadores, y estos devolvieron esos cantos con el primer gol del encuentro.
El tanto se produciría tras una buena presión de los vascos, y que tuvieron como protagonistas a Berenguer que fue el asistente y a Nico, que fue el artífice del gol. Un buen control orientado llevó a Nico a encontrarse con una buena oportunidad para disparar a portería. Y así lo hizo, aunque con algo de fortuna el Athletic se adelantaría en el minuto 33.
Tras el gol del equipo local, el partido empezó a convertirse en un torbellino de duelos. El conjunto checo le apretaba tanto las tuercas a los de Ernesto Valverde que no tuvieron ocasión para calmar el partido.
El partido empezaba a convertirse en un duelo de tú a tú, con ataques constantes por parte de ambos, pero en el que la balanza acabó decantándose por el lado checo.
El conjunto de Jindrich Trpisovsky terminó la primera parte como la empezó, en campo del Athletic tratando de conseguir el gol del empate. Pero el gol no llegó, y terminaron los primeros 45 minutos con un resultado favorable para el Athletic.
Agirrezabala, el protagonista de la segunda parte
Los segundos 45 minutos comenzaban con la misma sorpresa que en la primera parte. El Slavia de Praga, tras el pitido inicial salió en busca del tanto del empate.
Con una buena salida de balón y con la manera en la que se aprovechaban los espacios, el conjunto checo dominaba de manera clara a los «leones».
Las ocasiones no cesaban y Agirrezabala tenía que sostener al equipo hasta que hubiera un plan para mantener posesiones largas y conseguir una buena oportunidad para ampliar el marcador.
El partido no tomaba el rumbo que esperaba Ernesto Valverde, por lo que, tomó decisiones antes del minuto 60. Entraron piernas frescas, pero eso no detendría a los checos.
El Slavia seguía jugando a su fútbol, luchando cada pelota que se le presentaba y saliendo en tromba a la portería rival. Tanto la banda izquierda, como la banda derecha, eran un vendaval de oportunidades para los checos.
Agirrezabala tuvo que esmerarse al máximo nivel, y así lo hizo. Reforzó al Athletic con sus paradas y no permitió que ningún balón se le escapara de las manos.
El Athletic no supo como afrontar la segunda parte, estuvo a merced del Slavia durante toda la segunda parte. El equipo checo pese a su entrega en el campo se vio durante los últimos 15 minutos que no se sentía cómodo. El cansancio se empezaba a notar, y la presión por empatar se volvió más grande.
El partido llegaría a su fin, un partido muy sufrido pero que consiguió sacar adelante el Athletic ante su afición. El Slavia se fue sin la recompensa del gol, pero dejó sobre el césped una buena actitud y un buen fútbol en un campo muy difícil como es San Mamés.
Estudiante de 2 de periodismo // redactor de agente libre // FCOM US