Tras el duro varapalo ante el Mónaco, gran parte de la afición buscó culpables para el complicado inicio azulgrana en Champions, siendo Ter Stegen el principal señalado de la fatídica noche
El error que desencadenó todo
De forma similiar a la que finiquitó el pasado curso europeo del Barcelona ante el PSG, comienza este curso , con una tarjeta roja. En esta ocasión, el expulsado fue Eric García, que se vio obligado a cortar un uno contra uno siendo el último hombre. A partir de la expulsión de García, que llevaba sin ser titular en el conjunto culé desde la 22-23, el partido se convirtió en un auténtico calvario para los de Flick.
Poco más de 5 minutos le fueron suficientes al conjunto monegasco para adelantarse en el marcador. La reacción azulgrana con el tanto del talentoso Yamal frenó la sangría local. Sin embargo, el peso de los kilómetros y los minutos sofocaron un equipo mermado por la inferioridad numérica. Un balón a la espalda de la defensa visitante fue controlado en carrera por Ilenikhena, que no dudó en definir para el segundo gol del Mónaco.
Ter Stegen, el protagonista inesperado de la noche
Sin embargo, aunque el expulsado fuera el canterano azulgrana, los focos se redirigieron hacia el capitán. El juego de piés del teutón, el cual suele ser su principal baza, condicionó gravemente ayer a su equipo. El exceso de confianza hizo que la salida de balón del alemán forzara a Eric García controlar un balón con marcaje encima que perdió, teniendo que cortar la jugada con una tarjeta roja como consecuencia.
El error de Ter Stegen lastimó su confianza durante el resto del encuentro, viéndose inseguro en el balón parado y poco ágil en las ofensivas monagescas. El primer tanto del Mónaco no ayudó, ya que el alemán no reaccionó al disparo de Akliouche. En la segunda parte del encuentro el portero tuvo alguna acción de mérito, aunque volvió a dejar mucho que desear en el uno contra uno que supuso el segundo gol de los locales.
Un formato exigente no permite errores
Según una predicción del algoritmo de la UEFA, para clasificar entre los 8 primeros y alcanzar de forma directa los octavos de final, se deberán alcanzar 20 puntos de los 24 posibles. Teniendo en cuenta que el Barcelona debe disputar 21 puntos restantes, el margen de error resulta ínfimo.
Sobre el papel el Barcelona estaba obligado a puntuar ante el Mónaco, esto teniendo en cuenta que aún debe de enfrentar al Bayern y al Borussia de Dortmund. Resulta cierto a su vez, que un tropiezo no debería manchar el gran inicio de temporada culé, teniendo la oportunidad de tomarlo como un punto de inflexión para seguir creciendo durantel el resto del curso.
Autocrítica
Al terminar el encuentro, el alemán fue preguntado respecto a su actuación, especialmente sobre la acción que supuso la expulsión de Eric García. Ter stegen se hizo cargo de la culpa, aunque en parte resaltó que fue un fallo de entendimiento entre él y el pivote catalán.
Posteriormente Flick en rueda de prensa aceptó la derrota y mandó un mensaje positivo al aficionado. Siendo consciente del peso de la derrota y preparado para afrontar el choque de este fin de semana ante el Villareal en la Cerámica.
Las declaraciones del alemán no convencieron al aficionado culé, que manifestaron en redes sociales su malestar con el teutón. No se trata de la primera ocasión en la que su exceso de confianza castiga al equipo. La disyuntiva en el entorno de la ciudad Condal es evidente, a pesar de su jerarquía dentro del primer equipo, Ter Stegen no convence a un sector disgustado con su reciente dinámica al frente de los tres palos.
Sergio De la Cruz Ermakof, estudiante del grado de periodismo en la Universitat de València