El Atlético de Madrid logró una victoria por 2-1 en los últimos minutos frente al Leipzig. Así, se estrenan con victoria en la Champions League.
Sufrimiento tempranero
El RB Leipzig empezó desde muy pronto a buscarle las cosquillas a los colchoneros. El gol llegó en el minuto 4 de partido, tras una desbandada en ataque que se tradujo en un robo y un contraataque fulminante. De Paul y Llorente subieron dejando la banda derecha sin refuerzo atrás. Esto fue lo que aprovecharon los alemanes para orientarse por ahí y, posteriormente, pasar a la banda contraria y encontrar un remate que tapó Oblak, pero cuyo rechace enganchó de cabeza Sesko.
Así iniciaban los primeros minutos, que traerían más sufrimiento aparte de ese gol. El Leipzig consiguió seguir dominando durante toda la primera media hora de juego. El Atlético de Madrid continuó progresando, pero en defensa se generaban muchos huecos solo con los movimientos de Sesko y Openda, que descolocaban a los centrales rojiblancos.
Despertar tardío
El Atleti se tomó media hora de sueño, después fue cuando realmente empezó a dominar. Como si hubieran pedido por favor media hora más de sueño al despertarse para ir al colegio.
El <<despertador>> rojiblanco fue el gol de Griezmann. Llega tras un magnífico giro marca de la casa de Ángel Correa, y de un centro medido de Marcos Llorente.
A partir de aquí, empezó el cambio en el juego. Griezmann marcaba el tempo del juego, bajando a recibir y moviéndose libremente por el campo para dar apoyos y desorganizar al equipo alemán.
Correa realizó un magnífico encuentro. Estuvo muy atento en dar apoyos, aprovechando su característico giro, y también desmarcándose cuando hacía falta para abrir el campo.
Cambio de jugadores, cambio de enfoque
En la segunda parte, se continuó la presión en los saques de puerta alemanes. Se intentaba aislar la jugada a una de las bandas para presionar y que su pivote tuviera que buscar en largo, perdiendo la posesión. Además se dejó ver que el juego por banda derecha, como en el gol, podía ser efectivo. Correa y Llorente se encargaron de generar por ese lado del campo, con paredes y desmarques constantes.
A la hora de partido, Simeone empezó a mover el banquillo. Primero Lino, y después Gallagher, Sorloth y Nahuel Molina, entraron para dar refresco a jugadores que realmente estaban notando el cansancio de la presión. Además, desde el principio, se vio como había una visión distinta al juego. Lino tenía más físico y desparpajo que Riquelme. Sorloth le daba un recurso ofensivo distinto al ataque. Gallagher era lo que el equipo pedía si se quería seguir presionando. Nahuel-aunque no muy acertado- dió más vuelo por banda derecha y liberó a Llorente, que se siguió echando a banda para generar con paredes, ahora con el lateral argentino.
Por momentos se podía apreciar un 4-4-2 tanto en defensa, como en salida de balón.
Final feliz
El aficionado colchonero ya buscaba argumentos para ver como bueno el empate ante el Leipzig, rival del bombo 1. Pero Giménez tenía otros planes. Antoine Griezmann caza un balón que queda suelto en las inmediaciones del área y centra sin pensarlo dos veces al segundo palo, ahí apareció José María Giménez para alegrar el estreno en Champions League.
Tras esto, salió Witsel, y Griezmann fue ovacionado por un exhausto Metropolitano.
En general, el partido no dejó un gran sabor de boca en la afición por juego. La defensa fue muy vulnerable, con un Le Normand flojo que desde el principio estuvo condicionado por una amarilla. Rodrigo De Paul realizó un partido muy malo, y Julián Álvarez está pidiendo a gritos jugar con una referencia en ataque, no ser él la referencia.
Antoine Griezmann se llevó el premio a mejor jugador del encuentro, con un gol y asistencia que además fueron con su pierna menos buena, la derecha. Especial mención a un fulgurante Ángel Correa, que fue clave en el despertar del equipo, así como en el primer gol.
Escrito por Julio Vos Macías.
Redactor en Agente Libre y estudiante de periodismo en la Universidad Complutense de Madrid.