Países Bajos y Francia protagonizaron uno de los mejores partidos del Grupo D en cuanto a nombres se refiere, ya que de juego dejó mucho que desear. Los neerlandeses y los galos firmaron tablas en un encuentro con mucho miedo a equivocarse donde Kylian Mbappé fue suplente después de que se rompiera la nariz contra Austria
El Red Bull Arena de Leipzig vivió esta noche el que, a priori y por nombres, era el mejor partido del Grupo D de la Eurocopa. Sobre el verde se vieron las caras Países Bajos y Francia en busca de colocarse en lo más alto de la tabla tras sus triunfos frente a Polonia y Austria, respectivamente. Durante la previa no se ha hablado de otra cosa que no fuera si Kylian Mbappé iba a jugar o no. Finalmente, Didier Deschamps confirmó la ausencia del ya futbolista del Real Madrid, que esperó su turno en el banquillo.
El de Bondy se rompió la nariz en un choque en el encuentro ante el combinado austríaco y se le pudo ver entrenando con una máscara especial y personalizada. Todas las cámaras apuntaban al delantero, pero fueron sus compañeros los que intentaron desde el pitido inicial conseguir esos tres puntos para garantizarse la clasificación a octavos de final como primeros de grupo.
Enfrente, otro equipo rocoso y que venció en su debut como es Países Bajos. Los de Ronald Koeman sacaron todo su potencial en busca de esa victoria que les allanara el camino rumbo a la siguiente fase. Como era de esperar, el choque tuvo un intercambio de golpes precioso y el dominio iba cambiando de manos a medida que pasaban los minutos.
De Frimpong a Griezmann
Y es que los espectadores pudieron vibrar desde el primer minuto de juego. Pasados apenas 50 segundos, Frimpong se fue solo hacia la portería de Maignan gracias a su endiablada velocidad. No obstante, en los últimos metros fue capaz Theo Hernández, otro velocista, de recuperar su posición e incomodar al jugador del Bayer Leverkusen lo mínimo para que no pudiera chutar en condiciones. El meta galo tuvo que meter la mano abajo para que no subiera el tanto al marcador.
Los protagonistas no dejaban tiempo de respiro y en el 4′, Griezmann sacó un potente disparo desde la frontal con la zurda que fue repelido a mano cambiada por Verbruggen. El atacante del Atlético de Madrid cogió el testigo de Mbappé y fue el líder dentro del terreno de juego y el jugador más peligroso en ataque. Poco después, pasado el cuarto de hora de juego, el ‘Principito’ tuvo en sus botas la mejor ocasión del encuentro.
Rabiot se coló dentro del área neerlandesa tras un taconazo bestial y solo ante el portero decidió cederla a su izquierda a un desmarcado Griezmann. Sin embargo, el pase fue muy flojo y le pilló un pelín por detrás al delantero, que se tiró a la desesperada, pero tan solo rozó el esférico. La jugada continuó y el ‘7’ tuvo en su bota izquierda la oportunidad de abrir la lata, pero su disparo se fue rozando la escuadra.
En este momento de partido, ambos equipos sabían muy bien a lo que querían jugar. Los franceses se plantaron muy bien con la pelota mientras que los neerlandeses esperaron su oportunidad de salir a la contra bien posicionados en su campo. Las pérdidas de los galos provocaban contragolpes que hicieron mucho daño a los de Deschamps, especialmente con Xavi Simons al mando. El ex del PSG se erigió como el director de orquesta de la ‘Oranje’.
A poco de llegar al descanso, un balón en largo hacia la carrera de Thuram provocó un mano a mano entre él y Verbruggen. El central De Vrij levantó la mano pidiendo fuera de juego, pero fue el propio futbolista neerlandés el que rompió la posición antirreglamentaria. El delantero del Inter se acercó y disparó fuera con un latigazo con la diestra. La verdad es que bien pudo acercarse más para poder definir mejor. Con esa jugada se llegó al descanso y las tablas relucían en el Red Bull Arena dejándonos la miel en los labios todavía.
Con miedo a equivocarse
Los segundos 45 minutos comenzaron de la misma forma en la que terminaron los primeros. Países Bajos desistió de la presión arriba y se colocó bien en el campo con dos líneas de cuatro bien formadas. Por su parte, Francia buscaba los huecos con combinaciones de lado a lado, aunque bastante predecibles y con circulación un tanto lenta.
Thuram lo probó desde fuera del área en un balón que quedó suelto en la media luna. El interista disparó con su pierna derecha, pero le dio mala dirección y se marchó lejos de la portería enemiga. Acto seguido, un córner de Dembélé acabó en la cabeza de Tchouaméni, pero la pelota se fue por encima del larguero por poco. Al igual que en la primera parte, Griezmann tuvo en sus botas la mejor. El centrocampista del Madrid dio un taconazo a Thuram y este se la cedió a Kanté. El jugador del Al-Ittihad vio al ‘7’ solo en el segundo palo y este controló y disparó algo mordido. Ahí apareció Verbruggen con su pierna izquierda para mantener el 0-0 en el electrónico.
Los minutos pasaron y el 0-0 fue visto con buenos ojos tanto por parte de Ronald Koeman como por Didier Deschamps. El miedo a equivocarse se hizo evidente sobre el césped y el saber que son las dos selecciones más fuertes y con más puntos provocaron una especia de pacto de no agresión entre caballeros. Un pacto que pareció saltarse Xavi Simons.
El centrocampista, tras una jugada llena de rebotes dentro del área gala, recogió una pelota con su pierna derecha e introdujo la pelota al fondo de las mallas. Sin embargo, Anthony Taylor se acercó al linier y se decretó fuera de juego posicional al estar Frimpong por delante del último defensor y al lado de un Maignan que se quejó de que su rival le molestó a la hora de atajar el esférico.
Finalmente, los jugadores de Francia acabaron con Giroud en el área buscando rematar centros laterales y con un Países Bajos que firmó el reparto de puntos. Ambos equipos no jugaron con fuego en los minutos finales y el pitido final evidenció el primer empate sin goles en lo que llevamos de Eurocopa. De esta forma, Austria se coloca con tres puntos, mientras que neerlandeses y galos poseen cuatro. Polonia, con cero puntos, se verá las caras con ‘Les Bleus’ en una tercera jornada que pinta ser trepidante y que buscará saber quién es el primero del grupo.
El periodismo deportivo es el resultado de mis dos mayores pasiones: la escritura y el deporte. Mi sueño es llegar a cubrir los mejores partidos de fútbol en los mejores estadios del mundo, y para eso jamás hay que rendirse. Cordobés de nacimiento, pero con Málaga en mi corazón.