El retorno del luso después de su calvario ha sido perfecto, siendo determinante y convirtiéndose en un «fichaje» inesperado
La temporada del Valencia CF está siendo buenísima, de eso no hay duda. Rubén Baraja ha conseguido hacer soñar con Europa a un equipo que hace un año ocupaba la décimo novena posición y luchaba por no ahogar a un escudo tan histórico en el pozo del descenso. La dejadez de jugadores la pasada temporada dinamitó el mal rendimiento del grupo y el nefasto ambiente en el vestuario, haciendo sufrir de lo lindo a una afición que nunca dejó de creer.
Uno de los jugadores que siempre rindió y se dejó todo fue André Almeida. Un chico que llegó con dudas, típico afiliado de Jorge Mendes que no se sabe de su calidad, pero venía siendo indiscutible en el Vitória Guimarães. Las cuestiones crecieron más aún cuando la entidad, en una situación financiera pésima, abonó ocho millones de euros por el jugador. Un joven humilde y trabajador mostró a Mestalla en un par de minutos que él era especial.
Contando tanto con Gattuso como a las órdenes de Rubén Baraja, terminó la temporada con 34 partidos jugados, sumando dos goles y cuatro asistencias. En la presente temporada, comenzó dando una exhibición en ese gran partido inaugural de liga en el Ramón Sánchez-Pizjuán, donde el joven grupo mostró una actitud de hambre, que terminó siendo consecuente con la regularidad y el buen trabajo realizado en las 31 jornadas disputadas de campeonato. A pesar de su gran inicio de temporada, siendo desbordante y determinante, no acababa de encontrar su posición en el tapete y sumado a su compleja lesión, se vio apartado del terreno de juego durante meses.
El 1 de octubre de 2023, fue un día fatídico para el bueno del portugués, cuando se fracturó una vértebra y tuvo un desplazamiento que afectaba a otra. Después de cuatro meses sin pisar el césped de la Ciutat Esportiva de Paterna, el luso volvió a pisar la hierba el día cinco de febrero. A partir de ese momento, fue convocado 26 días después de su aparición, ante el Real Madrid, sin jugar ni un solo minuto, lo mismo que la jornada siguiente ante el Getafe. El joven volvió a disputar minutos en competición oficial ante el Villarreal, con ocho minutos jugados. Pese a no volver a encarrilar partidos ante el Mallorca, el descanso debido a la final de Copa del Rey le vino como anillo al dedo al jugador para acabar de adaptarse al ritmo de competición.
Seguidamente, en el partido aplazado ante el Granada, este disputó 33’ minutos, anotando el gol de la victoria del conjunto ché y adoptando un nuevo rol contiguo al otro delantero en el clásico 4-4-2 del Pipo Baraja. A partir de la visita al Nuevo Los Cármenes, descansando de nuevo con los parones de selecciones, apareció como titular en el importantísimo partido ante Club Atético Osasuna junto a Hugo Duro en punta. Después de una apertura perfecta a banda de Diego López, André definió con un latigazo perfecto cruzando el balón al palo largo de los tres palos defendidos por Sergio Herrera. En ambos partidos suma un 100% de efectividad, con dos disparos que alcanzaron el fondo de las mallas. Combinado con su gran actuación, Almeida se marchó del campo a los 75′ minutos de juego, dándole de nuevo el gol de la victoria al conjunto valenciano y dando un golpe sobre la mesa en la preciosa lucha por Europa.
“El mago de Guimarães” ha sido sin duda el “fichaje” que necesitaba el Valencia después del mercado de invierno y tras el exigente final de campeonato que se le presenta al grupo. Sin duda alguna la afición está ilusionada, y viendo el rostro de felicidad del portugués al volver a entrar en dinámica, ofrece muchas esperanzas y alegría. Domingos André Ribeiro Almeida, te lo mereces más que nadie.
Guillermo Martínez Llop (Godella, Valencia) Estudiante de periodismo en la UCLM y forofo del fútbol en demasía. Me puedes encontrar en El Ágora de CMM Media, escribiendo sobre Valencia Basket en Territori Taronja y divirtiéndome como jefe de sección Valencia CF en Agente Libre Digital.