Corren malos tiempos en la ciudad del Motor. Muy lejos quedan ya aquellos títulos de los “Bad Boys” de Isiah Thomas y Bill Laimbeer de 1989 y 1990 y el campeonato, logrado como “underdogs”, en 2004. Actualmente, los Pistons encadenan 27 derrotas seguidas en la presente temporada y van camino de su quinto año sin disputar partidos en la postemporada. De hecho, la racha es tan terrible que, si suman otra derrota, igualarán la peor marca de la historia de la NBA, establecida en el año 2015 por los Philadelphia 76ers.
Error en la confección de plantilla
Los motivos de esta crisis galopante en el Little Caesars Arena aún son difíciles de explicar. Y es que, fijándonos solo en el récord del equipo, podríamos pensar que la plantilla está diseñada exclusivamente para lograr el número 1 del próximo draft, pero no es así. En las filas de Detroit se encuentran veteranos con gran experiencia NBA, que llegaron a Michigan con la intención de acercar al equipo a los play-offs. Es el caso de Alec Burks o Bojan Bogdanovic, ambos realizando una de sus peores temporadas en sus carreras, especialmente en porcentajes y en el “más-menos”. Aun así, gran parte de la plantilla está formada por jugadores recién llegados a la liga, siendo uno de los equipos con más jugadores del top 5 del draft en los últimos años. En los dos últimos años, los Piston han tenido en sus manos la elección número 5, en las que seleccionaron a Jaden Ivey primero y, este año, a Ausar Thompson. A pesar de su gran temporada rookie, Ivey ha bajado sorprendentemente sus prestaciones, siendo relegado al banquillo en los últimos partidos. En el caso de Ausar, está siendo una de las pocas noticias positivas, aportando un impacto defensivo inmediato en la NBA.
En Michigan también hicieron una última apuesta por dos de los jugadores más decepcionantes de los drafts de 2018 y 2020, con la intención de que explotaran en su franquicia. Estos son los interiores Marvin Bagley y James Wiseman, que a pesar de las oportunidades que se les han dado, siguen siendo más famosos por los jugadores que se perdieron sus equipos al seleccionarles a ellos que por su juego mostrado.
La estrella y el coach, decepcionando
Otro de los señalados está siendo el jugador franquicia de los de azul y rojo, el base Cade Cunningham. El texano entró a la liga como número uno indiscutido, llegando a ser comparado con Luka Doncic o Kawhi Leonard. Aun así, no logró el premio al mejor novato en su primer año y en el segundo apenas puedo disputar 12 partidos a causa de una lesión en su pierna izquierda. Ya en esta temporada, Cade está siendo el líder indiscutido de los Pistons, haciendo los mejores números de su corta carrera, promediando 23 puntos y siete asistencias, pero aún está por ver si es capaz de dar un paso adelante y convertir estas estadísticas, de momento, “vacías”, en victorias para Detroit.
Por último, el gran criticado es Monty Williams. El entrenador, natural de Virginia, firmó este verano uno de los contratos más altos como técnico en la NBA, comprometiéndose seis años por 78 millones de euros. Williams llegaba a Detroit tras cuatro temporadas en Phoenix Suns, donde alcanzó las Finales en 2021 y el premio al entrenador del año en 2022 . Además, su principal sello de identidad era la defensa que sus equipos eran capaces de realizar. Por el momento, los Pistons son el quinto peor defensive rating (119.0) y al otro lado de la cancha, es aún peor, siendo el tercer peor offensive rating (107.8).
Todos estos factores hacen que el récord de la franquicia tras 30 partidos sea un desastroso 2-28. En su próximo partido, pueden batir el récord de más derrotas de manera consecutiva en toda la historia de la NBA. En la madrugada del jueves al viernes veremos si se consagran como el equipo más perdedor o si una victoria puede suponer un punto de inflexión en su temporada.
Estudiante de Periodismo en la UVA y amante del baloncesto y el fútbol.