El Barcelona y el Nápoles empatan en la ida de los octavos de final de la UEFA Champions League, dejando la eliminatoria abierta para la vuelta, que se disputará el 13 de Marzo en el estadio olímpico de Montjuic
Resumen del partido
Ambos equipos afrontaban esta eliminatoria con una predisposición clara, salvar la temporada. El partido comenzó con un Barcelona muy presente en campo contrario, con una alta presión y dispuesto a coger la rienda del encuentro. Con un Nápoles sin poder ejercer una limpia salida de balón el Barça intensificó su presencia ofensiva. Varias ocasiones bien desviadas por Álex Meret definieron el rumbo del primer tiempo.
Ya iniciada la segunda parte el Barcelona no encontró con la misma facilidad los huecos de la defensa napolitana. En una jugada aislada Pedri filtró un pase en la frontal del área, que tras un túnel conectaría con un Lewandowski letal en dicho contexto. El polaco definió con la pierna derecha al palo corto de Meret entre la marea de piernas italiana.
Sin embargo, como ya ha ocurrido en otras ocasiones esta presente temporada, el Barcelona no supo sentenciar el encuentro. Los recambios del conjunto local complicaron a la entidad azulgrana. Sin haber generado ocasiones en el desarrollo del encuentro, Victor Oshimen recibió el balón dentro del área, giró sobre si mismo y definió a un ya batido Ter Stegen. Desde ese minuto 75 el Nápoles dominó el encuentro hasta práctimamente el final, cerrando de este modo la ida de los octavos de final de la Champions.
Un Barcelona diferente
Lo que parte del sector culé presuponía se hizo realidad. Desde el inicio del partido el conjunto blaugrana presentó una imagen diferente a lo visto en los últimos meses. Asemejándose más a lo visto en el inicio de esta temporada en partidos como contra el Real Betis o el Atlético de Madrid, el Barcelona se vio intenso en la presión, con una considerable cantidad de jugadores en tres cuartos de campo y más atrevido de lo que nos acostumbra.
Un Nápoles mermado por la intensidad azulgrana, pasó gran parte del primer tiempo sin poder salir de su campo. Ocasiones como la de Lamine Yamal o los acercamientos de Ilkay Gundogan confirmaron el buen estado de forma azulgrana. Sin embargo el hecho de no poder mantener dicha intensidad y atrevimiento en ciertos lapsos de juego facilitaron que el Nápoles se mantuviera vivo en la eliminatoria.
Análisis Táctico
Por parte del conjunto local, el Nápoles no se encontró cómodo en el terreno de juego a excepción del final de la primera parte, y el final del encuentro. El equipo dirigido por Francesco Calzona intentó forzar una salida de balón que claramente les fue esquiva. Con un juego basado en transiciones rápidas de 5 o 6 segundos, el conjunto local logró un empate tras generar pocas ocasiones. La mayoría de dichas ocasiones provenientes del último arreón tras el gol de Oshimen.
Por su parte el Barcelona supo interpretar bien lo que se les pedía. Una intensidad completamente diferente a lo habitual, un gran compromiso en la presión y una toma de decisiones más arriesgada pero a su vez más productiva de lo usual. Destacar el papel de líder de Frenkie de Jong en el aspecto positivo, y el partido errático de Christensen en el aspecto negativo.
Con las líneas menos adelantadas de lo habitual, para evitar entre otras cosas los desmarques en profundidad de Oshimen. Sin embargo el hecho de no poder prolongar su efectividad en el control del partido impidió llevarse la victoria a Cataluña. El conjunto catalán no supo reponerse al empate local, hasta el punto de acabar sufriendo en el último cuarto de hora.
Ficha Técnica
FC Barcelona:
Ter Stegen, Koundé, Araujo, Iñigo Martinez, Cancelo, Christensen, De Jong, Gundogan, Pedri, Lamine Yamal, Lewandowski.
Nápoles:
Meret; Di Lorenzo, Rrahmani, Juan Jesus, Olivera; Lobotka, Cajuste, Zambo Anguissa; Politano, Kvaratskhelia y Oshimen
Sergio De la Cruz Ermakof, estudiante del grado de periodismo en la Universitat de València