El Celta cayó derrotado en la noche de ayer en Sevilla. A pesar del dominio y las ocasiones, los de Pellegrini fueron más efectivos y se llevaron el gato al agua. Un partido en el que hubo fútbol pero faltó decisión en los metros finales.
Giráldez volvió a apostar por el 3-4-2-1, esta vez con Mingueza en el carril y Manquillo en el central diestro. Hugo Álvarez volvió a ser de la partido y actuó en el carril izquierdo. La mayor sorpresa fue la irrupción de Jailson como central tras sus buenos minutos ante el Rayo.
Falta de control pero con seguridad
El partido ya empezó con dudas y es que el Betis se hizo con el dominio posicional y de balón. Momentos de incertidumbre pero no de peligro ya que los vigueses, bien asentados, no sufrieron ni sintieron peligro. Fueron ellos incluso los que dieron los primeros zarpazos por medio de Larsen. Aun así, los de Giráldez no se encontraban sobre el verde. El centro de campo se veía superado constantemente. El 3vs2 plantado por Pellegrini estaba superando a los celestes, sobre todo con la figura de un imperial Isco.
Aun así, la última línea se mostraba segur. En parte por ese cambio de Mingueza y Manquillo. El madrileño era capaz de frenar a Ayoze que caía hacia dentro y el catalán perseguía las internadas de Miranda abierto la banda. Fueron capaces de igualar y mantener el 2vs2 para que los sevillanos no profundizasen por allí.
Propiedad de balón y correcalles
Los vigueses fueron capaces de dar un paso al frente. Mingueza tomo responsabilidades en primeras zonas y sacaba el balón con mayor facilidad. Incluso partía con diagonales en conducción para generar indecisiones en los locales sobre quién le debía saltar. El Celta estaba dando un paso al frente y eso generaba espacios a su espalda. Aquí sufrió Jailson ya que buscaban su espalda àra lanzar a los delanteros. Aun así, los béticos no generaban peligro.
Con balón, los visitantes se aceraban más zonas de finalización pero ayer no era el día. No se encontraban vías para genera ataques. A pesar de darle vueltas, ni Aspas, ni los Hugos ni Bamba eran capaces de encontrar ese último espacio para generar peligro sobre Rui Silva.
El equipo se cayó y gol
En los primeros compases de la segunda parte el equipo no se encontró. Cedió el balón y la posición al Betis y eso fue demoledor. Los sevillanos empezaron a proyectar a sus laterales, Bakambu empezó a picar a las espaldas y esto generaba espacios para el jugador más diferencial: Isco. El primero llegó con una buena triangulación por la derecha, Bellerín acabó centrando y encontrando a Miranda. Los celestes no tenían bien repartidos los espacios en área y eso provocó que la llegada del lateral izquierdo desde la segunda línea le permitiese rematar solo y hacer la ventaja.
El Betis se lanzó a hacer daño en esos momentos. Tuvo las suyas y las dudas se acrecentaban en los de Giráldez, que empezó a tocar cosas. Dio entrada a Carles en la derecha y a Damián en el centro del campo. El equipo se repuso y volvió a disponer de la bola. Pero otro paso adelante generaba espacios que podían aprovechar Fekir e Isco para lanzar a Bakambu, que se veía ganador en el duelo con Jailson.
Reacción y mazazo final
Los de Giráldez no bajaron los brazos y siguieron con su plan. Línea alta, seguros con balón y proponiendo juego. Sin embargo, la pelota seguía sin entrar. Los visitantes sufrieron un bloqueo en los últimos metros que se acrecentó en estos minutos. Lo que aprovechó el Betis para meter el segundo. Isco encontró a Fekir y el francés sacó la varita para meter el dedo en la herida celeste. Una vez más con espacios y libertad para el ‘22’.
Gol que hizo daño. A falta de 10’ y con dos goles de desventaja. Una diferencia casi insalvable. Aún así, hubo oportunidades para empatar ya que los gallegos aumentaron el nivel en esas instancias finales. Larsen recortó distancias en en 91’ y Carles Pérez lanzó lamiendo el palo en el 93’. El arreón final no fue suficiente para sacar algún punto de la visita a Sevilla.
Estudiante de periodismo
Redactor en Vavel y en Agente Libre