Jaime Mata dió el gol de la victoria, con un remate bastante inusual con el hombro, salvando al Getafe de la remontada del Celta, que tuvo un Iago Aspas superlativo.
Dos zarpazos en dos minutos
Comenzaba el partido con un guión esperado, poco fútbol, poca continuidad, y sobre todo mucha pelea en las segundas jugadas.
Pese a esto, el partido fue cogiendo ritmo, y así llegarían las primeras ocasiones en el partido. La primera la anotaríamos en el casillero vigués, con un disparo de Ristic que se marcharía desviado por muy poco. Minutos después, el conjunto visitante tendría otra con un buen remate de Unai Nuñez, a un centro de Mingueza.
El equipo que finalmente se adelantaría en el marcador, sería el conjunto azulón. Pero antes de esto, el arbitro pitaría un penalti a su favor, que por suerte, el Var corregiría. Borja Mayoral haría el primero en un rechace tras un remate al larguero de uno de sus compañeros.
Justo antes de pitar el final de la primera parte, Jaime Mata empujaría a placer el balón para el segundo tras una jugada individual de Greenwood. Algo que encendería el Coliseum Alfonso Pérez.
La oda al futbol de Iago Aspas no fue suficiente
Comenzaba la segunda parte sin cambios. El Celta necesitaba remontar, y la entrada de Iago Aspas sería fundamental; él fabricaría ambos goles que le darían el empate al Celta. Aunque eso no fue suficiente.
Poco después de empezar el conjunto de Rafa Benítez, tendría dos ocasiones consecutivas, aunque no generarían casi peligro. Poco después un pase filtrado de Iago Aspas para Manquillo, el cual centraría, y Larsen metería el 2-1 dando esperanzas. Cerca de 10 minutos después Iago bordaría el mismo pase, dejando solo a Tadeo Allende, que marcaría su primer gol con los celtiñas.
Ya en una de las últimas jugadas del partido, un centro sería rematado por el hombro de Jaime Mata, de una forma bastante surrealista que daría la victoria a los azulones.
Estudiante de periodismo, na ledicia celeste, celtista no padecer.