Tras caer ayer en cuartos de copa, el FC Barcelona afrontará un más que complicado final de temporada. Con los octavos de Champions a la vuelta de la esquina y una situación liguera difícilmente remontable, la afición blaugrana teme por una temporada en blanco
Una semana nefasta
Hace apenas 10 días, el conjunto catalán se medía en la final de la Supercopa de España ante su eterno rival, el Real Madrid. En un encuentro que reflejó la abismal diferencia entre ambos conjuntos, el equipo dirigido por Carlo Ancelotti superó al Barcelona tanto a nivel individual como colectivo, quedando plasmada dicha diferencia en un contundente 4-1 a favor de los merengues. Sumado al desastre de Riad, el Barça humillado y mermado mentalmente se enfrentaría al Athletic Club en la Copa del Rey el día de ayer. Lejos del espejismo visto contra el Betis en la pasada jornada de liga, donde se vio a un Barça más propositivo y enchufado, el club vasco dirigido por Ernesto Valverde le endosó una paliza táctica a los pupilos de Xavi.
A pesar de que por breves lapsos de tiempo el Barcelona pareció encarrilar la eliminatoria debido a sus individualidades, rápidamente los leones detectaron las carencias defensivas del equipo visitante, y se apropiaron del rumbo del partido. Un equipo anulado tácticamente, carente de alternativas y superado en todas las disputas de balón, tuvo que recurrir a una serie de canteranos que se limitaron a maquillar el desastre de San Mamés. Por quinta vez consecutiva el conjunto vasco avanza a las semifinales del certamen, mientras que el equipo azulgrana pierde por tercer año seguido la posibilidad de ganar la Copa del Rey , torneo que se les escapa desde la marcha de Leo Messi.
Lo peor parece estar por llegar
Con dos trofeos ya perdidos, el Barcelona deberá afrontar en menos de un mes los octavos de final de la Uefa Champions League. La ida se disputará en Nápoles el 21 de febrero, mientras que la vuelta se celebrará en el Estadio Olímpico de Montjuic el 12 de Marzo. Lo único que puede consolar al conjunto de la ciudad condal es que su rival no se encuentra en un buen estado de forma tampoco. El actual campeón de la Serie A se encuentra noveno, a 21 puntos del liderato que sostiene la Juventus de Turín. Sin embargo esto no garantiza absolutamente nada, y puede convertirse en un arma de doble filo para los de Xavi.
En el caso de que avanzara el Barcelona, las exigencias de la competicón más prestigiosa a nivel de clubes tarde o temprano haría caer a los blaugranas. Equipos como el Manchester City, el Bayern de Múnich, el PSG o incluso el propio Real Madrid parecen estar a años luz del desdibujado plantel culé. Tras esperar 3 años para disputar unos octavos de champions, las sensaciones no auguran una participación positiva en esta edición para el Barça.
¿Y la liga, acaso existen opciones?
Lejos de la rigurosidad defensiva de la pasada campaña, donde el conjunto catalán había encajado 20 tantos en las 38 jornadas de Liga, el presente defensivo del Barcelona resulta hasta cierto punto irrisorio. En apenas 20 partidos disputados de la Liga EA Sports, el equipo ha encajado 24 tantos, 4 más que en toda la edición pasada. Con un Girona que ha roto todos los esquemas habidos y por haber, sumado a un imponente Real Madrid, el FC Barcelona lejos de la tesitura necesaria para que se de una remontada, debe recortar 7 y 8 puntos respectivamente a ambos conjuntos para poder soñar con el campeonato liguero.
Teniendo en cuenta su irregularidad a domicilio, habiéndose dejado puntos en Mallorca, Granada, Valencia o Getafe entre otros, su falta de precisión de cara a puerta ( entrando únicamente el 6,28 % de sus disparos entre los 3 palos) y su falta de carácter en los partidos decisivos, podemos estar hablando de una odisea inalcanzable para el conjunto azulgrana. Parte del aficionado comienza a especular, que el objetivo final del Barcelona esta temporada será clasificarse entre los 4 primeros, y de esta forma asegurar su presencia en la Champions 24-25. Esto último se encuentra muy lejos de lo prometido a principio de la temporada por el presidente Joan Laporta y el entrenador Xavi Hérnandez.
La afición señala a los culpables
La realidad es que valorar una temporada sin haber concluido esta no resulta prudente. Sin embargo la situación actual del equipo, sumado a la fragilidad financiera de la entidad catalana exigen comenzar a señalar a ciertos nombres. El más damnificado de este posible final fatídico sería Xavi Hernández. El entrenador de Terrasa no convence en asboluto, alejado del hegemónico estilo que tanto lo caracterizó como jugador, su equipo resulta ser plano, gris, poco intenso y escasamente resolutivo. La leyenda barcelonista ha admitido hasta en dos ocasiones que es consciente del calvario culé, y que si no se consiguen títulos se deberá marchar a final de temporada.
Los otros señalados son evidentemente los jugadores, especialmente los que deberían tener más jerarquía y peso. La línea defensiva no solo arrastra un problema de entendimiento colectivo, sino que a nivel individual resulta cuanto menos cuestionable. El peor parado es Jules Koundé, que partido tras partido comete errores tanto en salida de balón como en el marcaje, además de su desdén por jugar de lateral. En el medio de campo, Ilkay Gundogan se encuentra a años luz de su versión como capitán del Manchester City, principalmente por su falta de compromiso en las transiciones defensivas. En ataque el veterano Robert Lewandowski está espeso, falto de ritmo y con una actitud deplorable.
Por último la falta de un pivote defensivo, el hecho de tener que afrontar los fichajes de Joao Cancelo y Joao Felix para la siguiente campaña y el fichaje de un Vitor Roque que apenas goza de oportunidades, ponen en el punto de mira a la directiva presidida por Laporta. La planificación de la temporada no fue la óptima y esto se refleja en los resultados de la misma.
Sergio De la Cruz Ermakof, estudiante del grado de periodismo en la Universitat de València
Gran articulo, la situación con el Barça es lamentable y este chaval lo resumió muy bien.