El conjunto de Xavi Hernández ha ganado sus últimos 20 partidos por la mínima, cosa que ha sucedido por primera vez en la historia culé
Si algo ha caracterizado al Barcelona de toda la vida es el marcar goles. Ser uno de los mejores equipos del mundo ha conllevado con ello resultados abultados, ya sea en su país o en competiciones internacionales.
Sin embargo, esta temporada se está viviendo algo completamente desconocido en Can Barça. Por primera vez en su historia, los blaugranas han sido incapaces de ganar por más de dos goles en sus últimas 20 victorias. El último encuentro que vio al Barcelona vencer por más de la mínima fue hace casi 4 meses. Más concretamente, el 19 de septiembre contra el Antwerp en Montjuic.
Curiosamente, el partido anterior a este también se saldó con una victoria por una manita. Esta vez al Betis, con el estreno goleador de Joao Félix en las filas catalanas.
La defensa, un quebradero de cabeza
Si algo caracterizó al Barça del año pasado fue su gran solidez defensiva. En toda la temporada liguera tan solo encajó 20 tantos, 7 de ellos con la Liga ya ganada.
Sin embargo, las constantes lesiones en defensa, el bajo estado de forma de sus jugadores y los fallos garrafales del equipo en zonas donde no se pueden permitir han hecho que, ya en enero, el Barcelona haya recibido 22 tantos, 2 más que en toda la temporada pasada con muchos menos partidos disputados.
Los fichajes de Cancelo e Iñigo Martínez y la leve mejoría de Christensen no han tapado a un Barça que hace aguas en la parte defensiva.
Pólvora mojada en la delantera más completa de los últimos tiempos
También es cierto que si el Barcelona solamente ha ganado por la mínima es por no haber aprovechado sus ocasiones de gol. Lewandowski no es del año pasado. Con 35 primaveras, el polaco se encuentra en un nivel que no tiene nada que ver con el que demostró en su primera campaña. Falla ocasiones a las que no nos tiene acostumbrados y debería anotar un jugador de su nivel.
Joao Félix es otro delantero que no es que haya caído precisamente de pie en la capital catalana. Con tan solo 3 goles en 17 partidos, el portugués ha dejado destellos y partidos sueltos en una imagen que se va pareciendo más a la vista en la que dejó en el Wanda Metropolitano. De enamorar en partidos contra Betis y Antwerp (justo los dos por los que el Barcelona ganó 5-0), ha pasado a defraudar en cada partido, llevándolo incluso a perder la titularidad en favor de Ferrán Torres.
Pero de todos se pueden hablar. Ni Raphinha ni «el tiburón», ni siquiera Lamine Yamal, que el año pasado deslumbró y pareció haber comenzado de la misma forma, han podido revertir la situación ofensiva de un Barcelona que tampoco cuenta con una pegada de segunda línea en demasía. Veremos que sucede con la llegada de Vítor Roque y si este puede ayudar con goles.
Sufriendo ante rivales impensables
Y como último dato, el nivel general del Barcelona demostrado esta temporada. Que un club con jugadores como Gundogan, De Jong, Lewandowski o Araujo entre otros nombres sufra tanto para llevarse los partidos es un símbolo de debilidad terrible.
Las victorias por la mínima valen lo mismo que las grandes goleadas. Sin embargo, no deja las mismas sensaciones. El no haber podido pasar del gol de diferencia contra equipos tan débiles como el Barbastro, el Almería o el Shaktar deja ver que, si este Barcelona quiere aspirar a todo, necesita un giro radical en todas las zonas del campo. Todavía se pueden solucionar muchas cosas que le hacen falta al equipo para que realmente sea competitivo. Pero, hasta que se de con la tecla adecuada, solamente se puede pensar en una cosa… ¿Es Xavi el indicado para ser el entrenador del Barcelona?
