Girona y Atlético de Madrid protagonizaron uno de los mejores enfrentamientos en lo que llevamos de campaña, con un resultado muy abultado (4-3) y que se decidió en los minutos finales
Choque de trenes
El partido tenía alta expectativas, pues el segundo en la clasificación (empatado con el primero), se enfrentaba al tercero. Quizás para el Atleti había una presión añadida pues, como terminó sucediendo, al perder se colocaba a 10 puntos de los líderes, una distancia difícilmente salvable. Es por ello que tanto Míchel como Simeone decidieron salir con todo y nos regalaron un auténtico partidazo.
Inicialmente, fue el Girona quien comenzó dando el primer gancho con un sorprendente gol a los dos minutos de iniciar el encuentro. Valery, quien aprovechó un nefasto error posicional de Riquelme, adelantó a los suyos en el partido. Simeone ante este mazazo, decidió adelantar a Riquelme y colocar a M. Llorente como carrilero. Fue un cambio que, valga la redundancia, cambió el devenir del enfrentamiento, pues aportó al Atleti una mayor seguridad atrás y mayor asociación en campo contrario.
Morata se vistió de «héroe» empatando el partido, pero el Girona seguía presionando con todas las energías y ahogando a un Atleti se veía perdido en Montilivi. Tal fue el desasosiego del conjunto colchonero, que en un abrir y cerrar de ojos se vieron con un tres a uno en el marcador con los goles de Savinho y Blind. El primero, dejando a Koke como el señalado, pues, impropio de él, perdió la pelota en la media luna del área y facilitó el tanto del Girona. El segundo, como ya hemos visto en otros partidos, llegó en un bonito balón parado que pilló desprevenido a la defensa del Atleti y el neerlandés anotó el tercero.
Eso sí, el delantero español del Atleti, volvió a lucirse con una gran jugada individual al final de la primera mitad para dar un soplo de aire fresco a un equipo que parecía que se iba a recomponer en la segunda mitad yéndose al descanso con el tres a dos en el marcador.
Personalidad colchonera
En la segunda mitad se cambiaron las tornas y era el Atleti el que comenzó a arrollar al conjunto de Míchel. Simeone decidió sacar a Lino, quien apenas pudo intervenir en el juego, para colocar a Nahuel en la banda. Fue un cambio efectivo, pues, junto a De Paul y Llorente, Molina consiguió generar varias jugadas de peligro. Los colchoneros estaba rozando el empate y lo intentaron de todas las maneras posibles, pero no fue hasta la llegada de Morata que los de Simeone consiguieron el tercero de la noche.
Llegados en este punto, comenzó un continuo intercambio de golpes traducidos en varias jugadas peligrosas que acabaron con actuaciones mayúsculas de los guardametas. Y fue así hasta en los minutos finales, donde un Atleti descompuesto sin Morata, Griezmann, De Paul, vio cómo los cambios no ayudaron a retener al equipo y cómo el Girona se llevaba en el 91 el partido.
Un golpe duro para los de Simeone, quienes en enero ven a sus rivales alejarse cada vez más y a un equipo que se desinfla cuando se aleja del Metropolitano. Eso sí, el Girona sigue siendo un cohete que le pondrá las cosas difíciles al Real Madrid, con quien aspira luchar por el título hasta las últimas jornadas de LALIGA.
Nacho Martínez Torrero (10/09/2002) es un estudiante de Comunicación Audiovisual en la Universidad de Granada. Fue redactor en páginas web como Diario UF, Granada CF Web o AtléticoSport, y actualmente informa y opina sobre el Atlético de Madrid en La Vida en Rojiblanco, Esto es Atleti y Agente Libre.