Este fin de semana, el fútbol nos depara un partido con dos entrenadores que, en tiempos efemérides en Valencia, hicieron disfrutar y soñar a la afición de Mestalla con dos ligas, una copa de la UEFA y una Supercopa de Europa. Además, aquel equipo recibió por parte del IFFHS el trofeo al mejor equipo del mundo en 2004
Mañana, casi veinte años después, se reencuentran, pero no como entrenador y pupilo, sino ambos en el mismo rango, pero en partes diferentes de sus carreras: uno con mucho por hacer y el otro con prácticamente todo hecho.
El ‘pipo’ sueña con convertirse en uno de los entrenadores recordados por la afición de Mestalla, con un estilo que recuerda mucho al del entrenador que le hizo dar el salto a la más absoluta élite del fútbol español, aunque ya era jugador de élite cuando Rafa pisó Mestalla por primera vez.
Hasta el momento, y en contextos muy diferentes Rubén Baraja está haciendo magia con los jugadores que tiene; está moviendo las piezas como si de un ilusionista se tratara, porque nadie puede pillarle sus movimientos y hace magia.
Eso es, lo que está sorprendiendo de él, porque el año pasado a su llegada dejaba muchas dudas en el planteamiento táctico y en su nula experiencia en primera división. Incluso, llegando a hablarse de que no tenía nivel para el Valencia.
Este, podría ser uno de los símiles con Benítez, ya que cuando llegó el madrileño a la disciplina valencianista no era nadie, venía de tapado; de entrenar a clubes como el Tenerife o el Valladolid, y el Valencia venía de enfrentar retos más grandes que estos dos mencionados.
Mucha gente creyó que le quedaría grande, pero no va a ser en este artículo donde se descubra lo que hizo Rafa Benítez con aquel equipo durante sus años en Valencia, y, que, a su fin, quedaron emborronados por esa salida tan traumática y reñida con Manolo Llorente.
Así es como llegan a Mestalla, uno con amplios y mejores resultados que el otro, con el contexto liguero actual: Baraja está superando numéricamente a su maestro, pero esto es futbol, y las cosas pueden cambiar.
Hablando más de números, los de Rafa Benítez llevan sin ganar en liga desde aquel uno de septiembre, cuando lo hicieron frente al Almería. A partir de ahí, un recital de goles en los últimos minutos y desmanes del VAR han llevado al celta al descenso.
Por contrario, los de Baraja, aunque perdieron de mala manera contra el Real Madrid, en casa se están haciendo fuertes. En Mestalla, llevan sin perder desde aquella derrota por la mínima frente a la Real Sociedad el veintinueve de septiembre.
Del partido se prevé que sea reñido y emocional por lo que se va a vivir en Mestalla con el recibimiento a Benítez y el saludo entre ambos entrenadores. Se esperan canticos, y quien sabe si pancarta para Benítez como cuando volvió con el Real Madrid en un dos a dos; partido de infausto recuerdo para el madrileño pues le supuso la destitución en la Casa Blanca.
En cuanto al verde, dos equipos muy bien trabajados, muy compactos en defensa y muy verticales en ataque. Siendo Baraja de la escuela Benítez, si se cumplen las premoniciones, veremos un partido trabado y con pocas ocasiones.
Graduado en Derecho y estudiante de Comunicación en la UOC.