Rodillo Atlético de Madrid

Tras el partido de ida donde el Atlético de Madrid y el Celtic empataron a dos, todos esperaban que el encuentro de hoy fuera a estar igualado, pero el destino nos tendría preparado una goleada histórica para los de Simeone.

Exhibición de Griezmann

El Cholo Simeone declaró en rueda de prensa que el apoyo de la gente ayudaría al equipo para empezar con más intensidad el encuentro, y así fue. El Cívitas Metropolitano estuvo como una caldera, como esas noches de Champions, en las que se canta desde la previa fuera del estadio, hasta después del pitido final del árbitro. Con este ambiente, era lógico que los jugadores salieran con esa intensidad que tanto marca al equipo rojiblanco y que tanto faltó el pasado fin de semana. La presión en campo contrario era asfixiante para los escoceses, que veían como los rojiblancos movían la pelota con placer de un lado a otro y con sentido.

No obstante, el primer golpe llegaría de la manera menos elegante posible. Antoine Griezmann recibiría una pelota fortuita tras un mal despeje de la defensa del Celtic, no dudaría en chutar a puerta y, con la ayuda de otro defensor, el francés abriría el marcador en el minuto 6.  El Celtic de Glasgow intentó afrontar el resultado con personalidad, pero sin peligro. De hecho, la jugada más clara del conjunto blanquiverde fue un casi «tiro en el pie» de Álvaro Morata en un córner que acabó con un paradón de Jan Oblak de puros reflejos felinos.

Antoine Griezmann celebrando su primer gol ante el Celtic de Glasgow. Fuente: Atlético de Madrid
Antoine Griezmann celebrando su primer gol ante el Celtic de Glasgow. Fuente: Atlético de Madrid

Antes de dicha jugada, llegaría una de las acciones más polémicas del partido. El jugador japonés Maeda, dejó la plancha en una jugada disputada con Mario Hermoso, haciendo una falta que resonó en todo el estadio, y con la que el árbitro decidiría, tras revisarla en el VAR, penalizarla con expulsión. Esto hizo que el Atleti se encontrara aún más cómodo en el campo, y las alas de este equipo, Riquelme y Nahuel, estuvieron cerca agrandar el resultado.

Y cuando todo indicaba que el colegiado iba a marcar el camino a vestuarios, Griezmann se inventó un espectacular pase en largo para Giménez, que puso otro caramelo para el glotón del Atlético de Madrid esta temporada, Álvaro Morata, quien batió a placer a Joe Hart. El cuarto gol del delantero español en Champions League puso el 2-0 definitivo al descanso y a la afición cantando el «Te quiero Atleti».

Correa, Giménez, Witsel y Morata celebrando un gol. Fuente: Atlético de Madrid

Rodillo Atlético

Si alguien pensaba que el Atlético de Madrid iba a dar por cerrado el partido estaba totalmente equivocado. En este segundo «round», los de Simeone tardarían muy poco en amenazar la portería del meta inglés. Primero fue Correa, quien provocó un córner que terminaría con un remate fallido de Witsel de chilena y un cabezazo de Giménez que se estrelló en el larguero. El Celtic empezó la segunda mitad noqueado y no tenía pinta de que se fuera a recuperar en algún momento. Pero si alguien tenía que tomar el papel de protagonista en la noche de hoy no era otro que Antoine Griezmann. Y es que el «principito» se sacó un AS bajo la manga en forma de tijera o chilena en el punto de penalti tras otro mal rechace de la defensa escocesa con el que anotaría el tercero de la noche.

El recital sinfónico de juego que estaba desprendiendo el francés estaba quedando para el recuerdo y el Celtic de Glasgow no conseguía silenciarle de ninguna manera. Aunque la mejor música sonó en forma de aplausos y cánticos por parte de la afición rojiblanca para un Antoine Griezmann que demostró, una vez más, por qué es el mejor jugador de este equipo.

Jugadores del Atlético de Madrid celebrando uno de los goles bajo los focos del Metropolitano. Fuente: Atlético de Madrid

El «7» dejó su lugar a Samuel Lino tras chocarle las manos, trasladándole su magia, porque el brasileño anotó uno de los mejores goles de la noche a los pocos minutos. En una jugada individual, escorado en la banda izquierda, Lino escondió la pelota y la mostró en el momento justo para colocarla perfectamente en el lateral derecho de la red en un tiro imposible para Hart. A falta de 20 minutos, el Atlético de Madrid estaba dando una de las grandes exhibiciones de la jornada.

Y es que la pólvora del Atleti no acaba, porque los de Simeone seguían intentando conseguir el resultado más abultado posible. El siguiente gol saldría de los pies de Morata, que tras una bonita jugada con Lino, fusiló la portería con rabia para marcar el quinto de la noche.  Finalmente, el último e histórico golpe lo daría Saúl, anotando el sexto gol y la goleada histórica más abultada de la historia de los rojiblancos en Champions League. El partido no dio para más (como si fuera poco), y el Atleti se fue a casa con 3 puntos y una goleada que quedará en el recuerdo de todos los aficionados.

 

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