La liga se encontraba en una crisis institucional, pero todo cambió en la década de los 80
A finales de los años 70, la NBA era una liga en declive. Con partidos poco atractivos, estadios vacíos y un problema grave de imagen pública de todos los jugadores, el baloncesto profesional en Estados Unidos parecía condenado a ser un deporte secundario. Pero la llegada de dos figuras jóvenes e imponentes, Larry Bird y Earvin Magic Johnson, estaba destinada a cambiarlo todo. A través de su histórica rivalidad, no solo revitalizaron la liga, sino que la transformaron en el espectáculo global que conocemos hoy.
1979: El enfrentamiento universitario que empezó todo
El punto de partida de esta rivalidad ocurrió en la final de la NCAA de 1979, donde se enfrentaron Indiana State, liderada por Larry Bird, y Michigan State, con Magic Johnson a la cabeza. Este fue el partido más visto en la historia del baloncesto universitario hasta ese momento, atrayendo a millones de espectadores. Magic se impuso en esa ocasión, llevando a su equipo a la victoria por 75-64, un golpe duro para Bird, que ya era conocido por su inquebrantable competitividad. A pesar de la derrota, el mundo quedó hipnotizado por la intensidad de estos dos jugadores, un preludio de lo que estaba por venir.
1979: El salto a la NBA de Magic y Bird
Ambos jugadores ingresaron a la NBA con grandes expectativas. Larry Bird fue seleccionado en el draft de 1978 por los Boston Celtics con el sexto pick, pero decidió quedarse un año más en la universidad antes de unirse al equipo en la temporada 1979-1980. Magic Johnson fue la primera elección del draft de 1979, seleccionado por Los Angeles Lakers, una franquicia que, aunque históricamente exitosa, necesitaba un nuevo líder para volver a lo más alto.
1980: Magic Johnson y el Showtime ganan el primer título
En su temporada de novato, Magic tuvo un impacto inmediato. Los Lakers llegaron a las Finales de 1980, donde se enfrentaron a los Philadelphia 76ers de Julius Erving. En el decisivo sexto partido, el base realizó una de las actuaciones más impresionantes de la historia de la NBA.
Con Kareem Abdul-Jabbar lesionado, Johnson jugó como pívot, a pesar de ser base, y logró 42 puntos, 15 rebotes y 7 asistencias, llevando a los Lakers al campeonato. Esta actuación histórica le valió el MVP de las Finales, algo nunca antes logrado por un novato.
Los Lakers entraban oficialmente en la era del “Showtime”, con un juego rápido, lleno de espectáculo y dirigido por el carismático Magic.
1981: Larry Bird resurge con los Celtics
Mientras tanto, Larry Bird también comenzó a tener un impacto significativo con los Celtics. En la temporada 1980-81, llevó a Boston a las Finales, donde enfrentaron a los Houston Rockets. El alero nativo de Indiana no solo era el alma del equipo, sino que su capacidad para anotar, defender y repartir juego lo hacía uno de los jugadores más completos de la liga.
Los Celtics ganaron el campeonato en seis partidos, y aunque Cedric Maxwell fue nombrado MVP de las Finales, fue Bird quien lideró al equipo en todos los aspectos del juego. Boston estaba de vuelta en la cima de la NBA, y Bird consolidaba su lugar como uno de los mejores de la liga. De esta forma, cada uno se posicionaba con un campeonato en tan solo 2 años en la liga. Los medios y aficionados no hacían más que alimentar esta rivalidad, dejando el escenario servido para ver quién era el mejor.
1982: Los Lakers ganan su segundo título con Magic
Después del éxito de 1980, los Lakers ya se veían revalidando su campeonato en 1981. Sin embargo, no podían estar más equivocados. En la primera ronda eliminatoria de los Playoffs de ese año, los angelinos se enfrentaban a unos Houston Rockets que habían entrado a la postemporada milagrosamente con un récord negativo. El showtime californiano dio por sentada la victoria, pero al comenzar la serie se vieron totalmente superados, quedando eliminados antes los texanos en el tercer partido.
Las críticas a la plantilla fueron enormes, y gran parte de la responsabilidad se le reprochó a Johnson y Abdul-Jabbar. Con su eterno rival, los Celtics, ganando el campeonato, la reacción de los Lakers fue aclamada por toda la liga. Bajo el liderazgo de Magic y Kareem, volvieron a las Finales en 1982, enfrentándose una vez más a los Philadelphia 76ers.
Esta vez, Magic fue aún más dominante, promediando casi un triple-doble durante la serie, y los Lakers ganaron el campeonato en seis partidos. El base fue nombrado MVP de las Finales por segunda vez, y los Lakers reafirmaron su lugar como el equipo más emocionante de la liga. Mientras tanto, los Celtics se quedaron a las puertas de las finales, y el enfrentamiento entre las 2 grandes estrellas aún debía esperar.
1984: El primer enfrentamiento en las Finales y el inicio de una rivalidad mítica
La temporada 1983-84 fue el punto de inflexión definitivo en la rivalidad entre Bird y Magic. Por primera vez en la historia, Celtics y Lakers se enfrentaron en las Finales de la NBA.
La serie fue intensa desde el principio. Los Lakers, con Magic y Kareem a la cabeza, eran conocidos por su estilo de juego rápido y ofensivo, mientras que los Celtics, liderados por Bird, se apoyaban en una defensa implacable y un juego físico. El tercer partido de la serie se convirtió en un momento icónico, cuando los Lakers destrozaron a los Celtics por 137-104, llevando la serie a un punto de quiebre.
Bird, siempre competitivo, se refirió a sus compañeros tras la derrota del tercer partido como «un equipo de blandos», y Boston respondió con una de las jugadas más polémicas y emblemáticas de la serie: Kevin McHale realizó una falta dura sobre Kurt Rambis de los Lakers, lo que desencadenó una pelea en el campo y cambió el tono de la serie. A partir de ese momento, los Celtics comenzaron a imponer su estilo físico, frenando el juego rápido de los Lakers, ganando dos de los siguientes tres partidos.
El séptimo y decisivo encuentro se jugó en Boston y los Celtics lograron imponerse 111-102, ganando su decimoquinto campeonato de la NBA. Bird fue nombrado MVP de las Finales, con un promedio de 27.4 puntos y 14 rebotes por partido. La victoria en las Finales de 1984 no solo consolidó a Bird como uno de los grandes, sino que también le dio una clara ventaja en la rivalidad con Magic.
1985: La revancha de los Lakers
Tras la dura derrota en las Finales de 1984, los Lakers de Magic Johnson buscaron redimirse en 1985. Sin embargo, la serie comenzó de forma catastrófica para los californianos, con una aplastante derrota en el primer partido, conocido como la «Memorial Day Massacre», donde los Celtics ganaron 148-114. A pesar del golpe inicial, los Lakers no se rindieron.
Kareem Abdul-Jabbar, en respuesta a las críticas por su edad, lideró la remontada de los Lakers, destacando con una actuación dominante en el segundo partido, donde anotó 30 puntos y capturó 17 rebotes. Con Kareem revitalizado, Los Ángeles tomó el control de la serie.
El sexto y decisivo partido se jugó en el Boston Garden, donde los Lakers finalmente rompieron la «maldición» de no haber vencido nunca a los Celtics en unas Finales. Con una victoria 111-100, los Lakers ganaron el campeonato, siendo la primera vez que un equipo visitante ganaba el título en Boston. Kareem fue nombrado MVP de las Finales, y esta victoria no solo fue una redención para Magic y los Lakers, sino que también igualó la balanza en su rivalidad con Bird y los Celtics.
1986: El anuncio de Converse y el cambio en su relación
A pesar de la intensidad de su rivalidad, la relación entre Bird y Magic comenzó a transformarse en 1986, cuando ambos fueron invitados a grabar un anuncio para Converse. En el comercial, se retrataba a ambos jugadores como rivales en la cancha, pero fuera de las cámaras, algo cambió. El rodaje tuvo lugar en la casa de Bird en Indiana, un gesto inusual, ya que Bird solía mantener su vida personal muy privada. Durante el rodaje, comenzaron a conversar más allá del baloncesto, y fue ahí donde descubrieron un respeto mutuo que no había sido evidente en la cancha.
Este encuentro se convirtió en el punto de inflexión en su relación. Lo que antes había sido una rivalidad casi personal, se transformó en una amistad basada en la admiración y el respeto. Bird vio en Johnson a un competidor tan feroz como él, pero también a una persona con un profundo amor por el juego. Magic, por su parte, comenzó a ver a Larry como algo más que su enemigo en la cancha; lo reconoció como un igual.
Ambos tenían orígenes sumamente humildes, viniendo de familias trabajadoras y entendiendo el baloncesto como una vía para una vida mejor. Fue en ese momento cuando, los rivales pasaron a verse como personas muy cercanas con muchas cosas en común, forjando así su nueva relación.
“Aquel día conocí a Earvin Johnson; me cae bastante mejor que Magic… Fue un día realmente bonito”, reconoció Larry sobre el anuncio grabado con su rival. A partir de ese momento, su relación evolucionó de la hostilidad a una de las amistades más icónicas del deporte.
1987: La victoria definitiva de Magic y el showtime
Aunque había conseguido ganarle a Bird y sus Celtics en 1985, fue en 1987 cuando Magic Johnson consolidó su lugar en la historia como uno de los mejores jugadores de todos los tiempos y consagró a los Lakers del showtime como uno de los mejores equipos de la historia de la NBA.
En las Finales de 1987, los angelinos volvieron a enfrentarse a los Celtics de Bird. Aunque Bird seguía siendo un jugador dominante, su equipo comenzaba a mostrar signos de desgaste, mientras que los Lakers se encontraban en su apogeo. En el cuarto partido de la serie, con la serie empatada 2-2, Magic realizó uno de los tiros más icónicos de su carrera: el «baby hook». Con el marcador empatado y solo unos segundos en el reloj, Magic avanzó hacia la pintura y lanzó un gancho que entró limpio, sellando la victoria de los Lakers y colocando la serie 3-2 a favor de Los Ángeles.
Los Lakers ganaron la serie en seis partidos, y Magic fue nombrado MVP de las Finales por tercera vez en su carrera.
Este título fue especialmente significativo para Magic, ya que no solo venció a su eterno rival, sino que también lo hizo de manera espectacular, solidificando su legado como uno de los mejores jugadores en la historia del baloncesto. Además, aunque ya eran grandes amigos fuera de la cancha, Earvin Johnson también puso el punto definitivo a su rivalidad con Larry Bird en finales: 2-1 para el base de las estrellas de Hollywood.
1991: Michael Jordan, el relevo de Bird y Magic
La temporada 1990-91 marcó el último gran capítulo de la carrera de Johnson en la NBA, aunque no tuvo el mejor de los finales. Los Lakers llegaron una vez más a las Finales, pero esta vez se enfrentaron a los Chicago Bulls de Michael Jordan, quien estaba buscando su primer título. Las Finales de 1991 fueron el punto de inflexión que señaló el fin de la era de Bird y Magic y el comienzo del dominio de Jordan en la NBA.
Los Bulls ganaron la serie en cinco partidos, y Jordan fue nombrado MVP de las Finales, marcando el inicio de su dinastía con los Bulls. Para Magic, fue una derrota difícil, pero también el cierre de una era gloriosa. Junto a su amigo Bird dominaron toda la década de los 80, cambiando por completo la imagen del deporte en los Estados Unidos y el mundo entero, pero era el momento de darle paso a Michael Jordan como la cara de la liga, quien posteriormente se convertiría, para muchos, en el mejor jugador de la historia del deporte.
1992: El Dream Team y un legado compartido
A pesar de la derrota en 1991, Magic Johnson y Larry Bird compartieron un último capítulo glorioso en sus carreras: el Dream Team. En 1992, ambos formaron parte del equipo olímpico de Estados Unidos que compitió en los Juegos de Barcelona, el primero en contar con jugadores profesionales de la NBA. Junto a otras leyendas como Michael Jordan, Charles Barkley y Scottie Pippen, el Dream Team se convirtió en una fuerza imparable que conquistó la medalla de oro con facilidad.
Este equipo no solo fue dominante en la cancha, sino que también transformó el baloncesto en un deporte global. La presencia de Bird y Magic en el equipo, aunque ya estaban en el ocaso de sus carreras, fue fundamental. No solo aportaron experiencia y liderazgo, sino que su rivalidad y posterior amistad personificaron la grandeza del baloncesto.
La presencia de todas estas estrellas en un mismo equipo, disputando los juegos olímpicos de 1992, cambió por completo la imagen del baloncesto a nivel global. El equipo internacionalizó el deporte y unificó a todo el planeta en un mismo objetivo: ser como ellos y llegar a la NBA. La mirada de todos estaba en el mismo sitio, la mejor liga del mundo.
Los héroes del baloncesto en los 80′ tuvieron su gran despedida, obteniendo el reconocimiento que merecían en uno de los equipos mas icónicos de la historia. El Dream Team de Barcelona 92 recogió el pasado, presente y futuro del baloncesto, pero nada habría sido posible sin la trascendencia de Bird y Johnson.
El retiro: el fin de una era
En 1991, la carrera de Magic Johnson dio un giro drástico cuando anunció que había contraído el virus del VIH. Su anuncio conmocionó al mundo del deporte, y se retiró inmediatamente. Aunque participó en los JJOO de Barcelona 1992 e hizo un breve regreso en 1996, su carrera en la NBA prácticamente había terminado.
Por su parte, Larry Bird, plagado de lesiones, especialmente problemas crónicos en la espalda, se retiró en 1992, después de años de batallar con el dolor. El adiós de Bird y Magic simbolizó el cierre de un capítulo en la NBA, uno que había marcado el renacimiento de la liga.
Con sus retiradas, la NBA estaba lista para recibir a su próximo gran ídolo: Michael Jordan. Air Jordan, que ya había comenzado a dominar la liga a finales de los 80, se consolidó como la nueva cara de la NBA durante los 90, llevando a los Chicago Bulls a ganar seis campeonatos y elevando la popularidad del baloncesto a nivel mundial.
No obstante, el final de su carrera como jugadores no supuso un adiós definitivo para ellos, ya que siempre siguieron cercanos a las pistas.
¿Qué hicieron después de retirarse?
Larry Bird comenzó su carrera post-jugador como entrenador. En 1997, se convirtió en el entrenador de los Indiana Pacers, donde sorprendió a muchos por su éxito en el banquillo, llevando al equipo a las Finales de la NBA en 2000, que perdieron contra los Lakers de Shaq y Kobe. Bird fue nombrado Entrenador del Año en su primera temporada (1997-1998), una hazaña que consolidó su reputación no solo como uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, sino también como un gran líder desde la banda.
Después de tres temporadas como entrenador, Bird asumió el rol de presidente de operaciones de baloncesto de los Pacers, un cargo en el que continuó demostrando su habilidad para construir equipos exitosos. En 2012, fue nombrado Ejecutivo del Año de la NBA, convirtiéndose en la única persona en la historia de la liga en haber sido MVP, Entrenador del Año y Ejecutivo del Año.
Earvin Magic Johnson, por otro lado, se convirtió en un exitoso empresario y activista. Poco después de su retiro, fundó Magic Johnson Enterprises, una compañía con inversiones en diversas áreas, desde cines hasta cadenas de comida rápida. Magic también se convirtió en un portavoz mundial en la lucha contra el VIH/SIDA, utilizando su experiencia personal para educar y desestigmatizar la enfermedad. A través de la Magic Johnson Foundation, ha ayudado a recaudar millones de dólares para programas de salud, educación y desarrollo comunitario.
Un legado eterno: la salvación y transformación de la NBA
Antes de la llegada de Larry Bird y Magic Johnson, la NBA estaba al borde de la irrelevancia. Sin embargo, la rivalidad entre estos dos jugadores cambió la manera en que la liga era percibida, haciendo que el baloncesto se convirtiera en un deporte de gran atractivo comercial y mediático.
Las Finales de la NBA en las que participaron Bird y Magic, especialmente las de 1984, 1985 y 1987, llevaron la liga a una nueva era de popularidad. Con cada enfrentamiento entre los Lakers y los Celtics, la rivalidad entre estos dos iconos crecía, y el baloncesto se volvía cada vez más emocionante para los fanáticos, quienes no podían esperar para ver qué sucedería en la próxima batalla.
Bird y Magic también ayudaron a redefinir lo que significaba ser un jugador de equipo. Aunque ambos eran jugadores individualmente talentosos, lo que los hacía especiales era su habilidad para elevar el nivel de sus compañeros. Magic, con su estilo de juego carismático y sus increíbles habilidades de pase, transformó a los Lakers en una máquina ofensiva , mientras que Bird, con su mentalidad de equipo y ética de trabajo, convirtió a los Celtics en una de las franquicias más exitosas de la historia.
El legado de Bird y Magic trasciende el baloncesto. Fueron mucho más que jugadores excepcionales: fueron embajadores de un nuevo estilo de juego, líderes que transformaron a sus equipos y visionarios que ayudaron a redefinir la NBA para las generaciones futuras. Sin ellos, el baloncesto profesional podría no haber alcanzado la popularidad y el estatus que hoy disfruta. Ambos salvaron la NBA en su momento más oscuro y contribuyeron a construir el imperio mediático y global que es hoy la liga.
Estudiante de periodismo en la Universidad de Valencia.