Zamora y Sanse se jugarán el pase al bronce del fútbol español en Matapiñonera
La Perla del Duero albergó la primera de las dos batallas que separan al Zamora C.F. y a la U.D. San Sebastián de los Reyes de la ansiada Primera Real Federación. Más de 7.000 gargantas hicieron del Ruta de la Plata una auténtica caldera que rugió de manera ininterrumpida durante los más de 90 minutos de choque.
El partido comenzó, como suele ser habitual en esta clase de duelos, con una fase de tanteo en la que ambos equipos renunciaron al juego combinativo. La primera acción reseñable fue la tarjeta amarilla para el ariete rojiblanco Pito Camacho, fiel reflejo del inicio bronco de ambos conjuntos.
El electrónico del Ruta todavía no reflejaba tan siquiera el primer cuarto de hora de juego cuando el guion de la eliminatoria cambiaría por completo. El Zamora aprovechó un golpeo seco de Carlos Ramos, marca de la casa, para que Mancebo hiciera las funciones de ratón de área recogiendo el rebote y enviándolo al fondo de la meta de Jagoba.
El gol solo sirvió para que las pulsaciones fueran en aumento en ambos cuadros, fruto de ello la tarjeta recibida por Cañizo al revolverse en una posible falta a favor de los rojiblancos y las posteriores de Mayorga y Miki tratando de frenar la verticalidad de los locales.
El Sanse comenzó a ganar metros y tuvo la más clara al botar una rigurosa falta frontal que la parroquia rojiblanca no dudó en protestar, Carlos Ramos tiró de veteranía y logró desviar bajo palos el envío. Los madrileños aprovecharon las buenas sensaciones y fueron creciendo en el encuentro, pudiendo incluso igualar la eliminatoria de no ser por una mano milagrosa de Fermín.
El partido se reanudó y como si de una repetición del inicio del partido se tratase el Zamora comenzó a morder y embotellar a los hoy blanquinegros. En esta ocasión los visitantes redujeron enormemente el tiempo de reacción y lograron amenazar, sin éxito, la meta de Fermín.
La figura de Álvaro Juncal, colegiado gallego, fue cobrando relevancia con el paso de los minutos a la par que las acciones grises caían a favor del cuadro madrileño, lo cual hizo que la crispación en el estadio aumentara notablemente.
La segunda parte fue impregnándose del color que caracteriza los partidos en el barro del fútbol español. El Sanse vio recompensado su ímpetu y logró poner las tablas en el marcador en una jugada embarullada en la que Luis Pareja no dudó en ponerla en la escuadra derecha de Fermín.
Los minutos fueron esclareciendo el secreto a voces de que el Zamora C.F. llegaba con pinzas físicamente tras el esfuerzo titánico realizado en las semifinales de play off. El partido finalizó con un San Sebastián de los Reyes que guardaba el empate como oro en paño y un Zamora C.F. que con corazón, pero sin piernas, trató de conseguir in extremis una renta que le permitiera afrontar por delante el partido capital del 2 de junio.
Director de Agente Libre.
«La pelota no se mancha».